Después de un día agotador en la estación, Tommy me llevó de regreso al loft. Pero en lugar de sentirme aliviado por estar en casa, me encontré envuelto en una discusión amarga con él.
— No puedo seguir así, Tommy — le dije con voz firme, mis emociones al borde del colapso mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas. — No puedo seguir fingiendo que todo está bien entre nosotros cuando claramente no lo está.
Tommy me miró con sorpresa, sus ojos llenos de confusión mientras intentaba entender lo que estaba pasando. Pero ya no podía contener mis sentimientos, ya no podía seguir fingiendo que todo estaba bien cuando sabía que no lo estaba.
— ¿De qué estás hablando, Evan? — preguntó, su tono teñido de preocupación mientras buscaba desesperadamente una respuesta.
— No puedo perdonarte, Tommy — le dije con sinceridad, mi voz temblando con la emoción contenida. — No puedo perdonarte por no defenderme cuando tus amigos me trataron como un objeto. No puedo perdonarte por decir que lo mejor para Chris era que se fuera con sus abuelos. Simplemente no puedo seguir adelante sabiendo que no puedo confiar en ti cuando más te necesito.
Las palabras resonaron en el aire entre nosotros, cargadas de la verdad cruda y dolorosa que había estado evitando durante tanto tiempo. Tommy parecía atónito por mis palabras, incapaz de articular una respuesta mientras luchaba por procesar lo que acababa de decirle.
Finalmente, con un suspiro resignado, tomé una decisión. — Lo siento, Tommy — murmuré, mis palabras apenas audibles sobre el zumbido del aire entre nosotros. — Pero esto es lo mejor para ambos.
—
La oscuridad de mi habitación parecía reflejar mi estado de ánimo cuando Bobby entró con paso firme. Su presencia trajo consigo una sensación de seriedad que no pude ignorar, y mientras se sentaba a mi lado en la cama, su expresión preocupada no pasó desapercibida.
— Buck, necesitamos hablar — dijo Bobby con tono serio, su voz resonando en la quietud de la habitación.
Levanté la mirada hacia él, encontrando consuelo en su presencia confiable. Antes de que pudiera articular una palabra, Bobby continuó con una franqueza que me sorprendió.
— Tus sentimientos por Eddie siempre han nublado tu juicio — comenzó, su mirada penetrante buscando la mía en busca de una respuesta. — Pero ahora él te necesita más que nunca. No puedes permitir que tus propios miedos te impidan estar allí para él cuando más te necesita.
La noche llegó y mientras intentaba asimilar lo que Bobby había dicho, Maddie entró en la habitación con una determinación palpable en su mirada. Se acercó a mí con pasos decididos, su expresión seria pero compasiva mientras me miraba fijamente.
— Buck, necesitas escuchar esto y si no te lo digo yo, no sé si alguien más tenga el coraje para decirlo — dijo Maddie con voz firme, su tono lleno de convicción mientras se sentaba junto a mí en la cama. — Tú amas a Eddie, siempre lo has hecho.
Sus palabras resonaron en lo más profundo de mi ser, sacudiéndome hasta la médula mientras luchaba por aceptar la verdad cruda que había estado evitando durante tanto tiempo.
— Debes luchar por lo que quieres, Buck — continuó Maddie con determinación, su voz suave pero firme mientras me miraba con ojos llenos de comprensión. — No puedes permitir que el miedo o la duda te impidan ir tras la felicidad que mereces. Ambos se quieren, y no puedes permitir que nada ni nadie se interponga en su camino.
Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras absorbía sus palabras, sintiendo una chispa de esperanza encenderse dentro de mí en medio de la oscuridad que había consumido mi corazón.
Maddie continuó, su tono cargado de convicción mientras expresaba lo que parecía ser la verdad que había estado buscando. — Puede que hayas creído enamorarte de Tommy, pero en realidad te atrajo esa parte de él que era idéntica a Eddie. Cuando viste la posibilidad de tener algo con Tommy, te lanzaste hacia él porque pensaste que no podías tener nada con Eddie.
Mis pensamientos se agitaron en un torbellino de confusión mientras procesaba las palabras de Maddie. ¿Había estado persiguiendo una sombra todo este tiempo, aferrándome a una ilusión de lo que quería en lugar de enfrentar la verdad?
Maddie me miró con ojos llenos de comprensión, como si pudiera ver a través de las capas de mi confusión y duda. — Pero Buck, creo que estás equivocado. Creo que Eddie podría amarte de la misma manera que tú lo amas a él.
El aire frío de la noche golpeaba mi rostro mientras corría por las calles, cada paso resonando en mi pecho acelerado. Mis pensamientos se agolpaban en mi mente, una mezcla tumultuosa de miedo, esperanza y determinación.
No podía permitirme perder a Eddie, no después de todo lo que habíamos pasado juntos. No podía dejar que el miedo y la duda me impidieran luchar por lo que más quería en este mundo: la amistad y el amor de mi mejor amigo.
Mis pies golpeaban el pavimento con ferocidad, impulsándome hacia adelante con una urgencia desesperada. Cada latido de mi corazón resonaba en mis oídos, recordándome la importancia de esto.
Finalmente, llegué frente a la puerta de Eddie, mi pecho ardiendo con la anticipación. Mi mano temblorosa se alzó para tocar la puerta, pero antes de que pudiera hacerlo, miles de pensamientos y emociones me abrumaron.
¿Qué pasaría si Eddie no me perdonaba? ¿Y si rechazaba mis sentimientos y me apartaba de su vida para siempre? El miedo a la posibilidad de perderlo me paralizaba, pero sabía que no podía retroceder ahora.
La puerta se abrió lentamente, revelando a Eddie del otro lado con ojeras marcadas y una mirada cansada que reflejaba una mezcla de sorpresa y confusión. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras me enfrentaba a él, preparado para decir las palabras que habían estado pesando en mi alma durante tanto tiempo.
Antes de que Eddie pudiera pronunciar una sola palabra, dejé que las mías brotaran de mis labios, una confesión nacida del fondo de mi corazón. Me disculpé, reconociendo mis errores y mis fallas, especialmente en lo que respecta a Chris. Sabía que no tenía excusa por mi inacción, pero necesitaba que Eddie entendiera que mi amor por él y por Chris era genuino y profundo.
— Quiero a Christopher — comencé, mis palabras resonando en el aire entre nosotros. — Nunca haría nada que creyera que lo lastimaría. Te quiero a ti también, Eddie. Eres increíblemente importante para mí, y no puedo soportar la idea de que me odies. Estoy aquí ahora para decirte que te amo. Realmente te amo. No entendía mis sentimientos antes, pero ahora lo sé, y creo que podemos superar cualquier obstáculo juntos.
Mis palabras colgaron en el aire, llenando el espacio entre nosotros con una intensidad palpable. Miré a Eddie con ojos llenos de esperanza y vulnerabilidad, esperando que él pudiera ver la verdad en mis palabras y en mi corazón.
La sonrisa irónica de Eddie cortó el aire como un rayo, destrozando cualquier esperanza que hubiera albergado en mi pecho. Sus palabras resonaron en la habitación, afiladas como cuchillas, hundiendo más profundamente en mi corazón de lo que hubiera imaginado posible.
— ¿Cómo te atreves a venir aquí, a mi casa, a decirme estas cosas? — Su voz, fría y llena de amargura, resonaba en la habitación, envolviéndome en una atmósfera de tensión y desesperación. — Eres tan egoísta. ¿Crees que tus sentimientos pueden arreglar esto? ¿Crees que pueden borrar lo que has hecho?
Cada palabra de Eddie era como un golpe directo a mi alma, haciéndome retroceder como si me hubiera golpeado físicamente. Sentí cómo el aire se volvía más pesado a mi alrededor, como si el peso de sus acusaciones amenazara con aplastarme.
— No te perdono por dejar a mi hijo — continuó, su tono lleno de desprecio y dolor. — Confíe en ti. Te confié la vida de mi hijo, y tú simplemente te rendiste. ¿Cómo mierda crees que puedo sentir lo mismo por una persona así?
El dolor y la desesperación se apoderaron de mí, envolviéndome en un remolino de emociones turbulentas. No había excusa para lo que había hecho, y Eddie tenía razón en estar furioso. Pero enfrentar su ira de esta manera, ver cómo se desmoronaba nuestra conexión, era más doloroso de lo que había imaginado.
— Vete de aquí Evan.
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911: Borderline
Fiksi PenggemarUna historia más de Eddie y Buck. Una linea de tiempo donde Buck accepta sus sentimientos por Eddie, pero este no esta listo para decidir amar a su mejor amigo.