CAPITULO 18

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"¡Aaaj! sigue sin responder el puto celular ese imbécil"

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"¡Aaaj! sigue sin responder el puto celular ese imbécil". Escucho a mi hermano gritar de la frustración mientras yo inhalo el humo de mi cigarrillo mientras fantaseo con el despellejar vivo, si es que lo esta,  al sujeto que contratamos para que cuidara de Ayana.

Estos dias han sido complejos, tener que trabajar cuando lo único que quieres hacer es correr, es lo que ahora considero de las peores torturas.

Deshago el nudo de mi corbata porque siento que el humo se queda atorado en mi traquea, me quito mi chaqueta y la dejo sin cuidado sobre la superficie del escritorio de la lujosa oficina temporal que rentamos en esta ciudad.

"Debimos haber hecho algo desde hace tres días que ella no responde el celular". Observo a mi hermano tomarse de los pelos por la frustración, dejo salir otra bocanada de humo he intento encarrilar mis pensamientos, necesito concentrarme para saber que hacer.

"Tal vez fuimos muy duros con ella, quizás debimos haberla escuchado y tomado todo con calma, de todas formas el final sigue siendo el mismo, ella es nuestra". Reprocha mientras da vueltas en la habitación como león enjaulado.

"Tenemos que irnos hermano, ella debe estar en peligro, no debimos dejarla, la próxima vez no me escuches cuando te diga que debemos darle algo de espacio, no me importa si me odia, no me separare de ella". Me mira con desesperación y con sus ojos cristalizados, suelto un suspiro y me pongo en modo negocios.

De los dos, siempre he sido el que tiene la cabeza fría en este tipo de situaciones, algo me dice que algo más pasó y que debemos ser cuidadosos con nuestros pasos de ahora en adelante.

"No es normal que esto sucediera así de repente, debemos pensar con lógica hermano, por lo que sabemos de ella y por como hemos convivido, ella no se alejaría de la anciana, le tiene demasiado aprecio, debió suceder algo". Intento calmarlo, mientras encierro en mi interior mis propios temores, ahora lo que menos quiero es que mi hermano deje un mar de sangre en su locura.

El me necesita cuerdo, nos necesitamos cuerdos.

"Con mas razón tenemos que irnos, puede estar en peligro". Recoge sus pertenencias apresurado intentando salir de la oficina, suelto un suspiro frustrado y paso mi mano con rabia por mi cabeza, intento no levantar la voz por la manera idiota que esta actuando.

"Quiero que me escuches y que no me obligues a golpearte, piensa con lógica, ¿No te parece extraño que todo esto sucediera tan pronto como la dejamos?¿Que la anciana nos dijese que ella se iría por negocios por un par de meses?, Yana jamás la dejaría, debemos encontrar al guardaespaldas y movernos desde ahí". Bebo un poco del licor de mi copa medio vacía ya, con la esperanza de que deshaga el nudo que tengo en mi garganta de solo pensar que mi Yana no esta esperándonos.

"¿Pero qué pasa si ella huyo de nosotros?". Me lleno de amarga impotencia ver las lágrimas rodar por sus mejillas.

"¿Crees que el guardaespaldas que le pusimos la hubiera dejado irse sin notificarnos? Es el mejor de la empresa que solemos contratar y tiene años de experiencia, si no responde es porque estoy seguro de que está muerto, no existen razones para que el tipo solo desaparezca, tiene una familia bien consolidada y un background impecable que es lo que pide la agencia, por esa razón no hay posibilidad de que el la hubiera secuestrado o algo ". Observo a mi hermano ponerse rígido y esta vez mirarme con los ojos que solía tener cuando estábamos bajo las alas del viejo y teníamos que encargarnos de alguien.

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