CAPITULO 23

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Dejo salir el humo de mi boca y cierro mis ojos para intentar calmar mi corazón, respiro profundo mientras suelto los puños de mi camisa, no quiero que se haga un desastre

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Dejo salir el humo de mi boca y cierro mis ojos para intentar calmar mi corazón, respiro profundo mientras suelto los puños de mi camisa, no quiero que se haga un desastre.

Escucho los alaridos de dolor que salen de la puerta detrás de mi, es el turno de mi hermano para torturar a uno de los nuevos ayudantes del viejo.

No tenemos una puta idea de donde se puede estar escondiendo el viejo, suponíamos que se nos acercaría tan pronto cuando notara que sus aliados dejaron de apoyarlo.

Al parecer nos equivocamos, no sabemos en donde puede estar y tenemos que asegurarnos que esa rata no mencione nuestros nombres ahora que la mierda está golpeando el ventilador para el.

En estos últimos meses todo se ha puesto de cabeza en el mundo de los negocios que están por debajo de la mesa, estamos con la mierda hasta el cuello y no solo eso, tenemos que deshacernos de todos los que llegaron a saber de nuestro pasado con los heaven.

Si quisiera protegerse el culo el viejo ese, no necesitaría mucho para probar el pasado que tenemos mi hermano y yo y manchar nuestros nombres en el ojo público, tiene todo para arrastrar nuestros nombres junto al suyo y llevarnos con el a la mierda, es algo que debemos evitar a toda costa.

Esa es la razón por la que estamos en esta situación ahora, a tiempos desesperados medidas desesperadas dicen, pero no debería emocionarme tanto el infligir dolor a alguien, pero he de admitir que desde que empecé con esto, me he divertido demasiado.

Quizás, esta es mi excusa para no pensar tanto en mi Ayana, ni en cuanto la extraño, tomo esta venganza en contra del viejo como una buena fuente de distracción, evitará que cuando ponga mis manos en ella otra vez la lastime en serio.

Puede que le quiebre alguna pierna, pero será nada en comparación para lo que realmente sería capaz de hacerle para que no vuelva a huir, eso evitará que se vaya de nuestro lado y será una gran lección para ella, aun no puedo creer que no haya hecho ningún movimiento que nos permita rastrearla, es una pequeña zorra astuta.

Hemos pagado a todo ser que pueda ser comprado con dinero, para que la busquen en todos lados sin llamar demasiado la atención, lo que menos queremos es que de encontrarla, ella vuelva a escapar.

Dándole una última calada al cigarrillo, lo dejo caer a mis pies, con el pie derecho extingo su fuego y regreso a nuestra antigua casa de seguridad, es irónico que estemos torturando en el mismo lugar que le pertenece al anciano a su propia gente, es malditamente gracioso.

Abro la puerta y me saluda la imagen de mi hermano desprendiendo con un alicate la uña del dedo meñique de la mano derecha del sujeto, eso debe doler.

"Aaahhhh, por favor, no se nada". Me deja casi sordo el sujeto con sus alaridos, a los que torturábamos antes jamás gritaron como unas perras por algo tan mínimo como esto.

"Es demasiado escandaloso para mi gusto hermano y lo trágico es que no quiere hablar, a pesar de que sabemos que sabe en donde podemos encontrar a Poliev". Se pone de pie Theo de su posición de cuclillas, se quita los guantes y pone las tijeras en la mesa que esta ubicada junto al sujeto.

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