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El invierno estaba arrasando con todo, odiaba que todo sea mucho más ventoso acá, odiaba el barro y odiaba volver a casa pisando baldosas flojas mientras se mojaban mis zapatillas, pero al contrario de todo esto, lo que no odiaba era la lluvia, volví corriendo a casa debido a todo esto y en la puerta me asegure de revisar que la carta de Pablo me haya llegado y ahí estaba, como todos los días o casi todos, me contaba que iba a entrar a jugar a River, me contó sobre la cancha y más cosas, que locura tener un amigo que llegue a jugador de fútbol, ojalá Pablito llegue muy lejos.

"Querido Pablo: me alegro muchísimo de todo lo que me contas, ojalá llegues muy lejos y pueda ir a verte a la cancha, no tengo mucho más para decir solo que le metas y no aflojes, yo se que vas a poder.
Estoy extrañandote mucho últimamente, sabes que sos el único amigo que tengo, el ratón también es mi amigo pero de diferente manera, el es más callado, con vos la paso de diez siempre, tendría que ir a visitarte algún día si querés ¿Sabes algo de tu amigo? No es como que me importe pero me da cosa que nos fuimos y lo dejamos solo por ahí no tenía como volver, igual es un pelotudo, no cambio mi opinión.

Con amor,
Lío"

Entregué la carta y me puse a escuchar musica mientras caminaba por el barrio, era un lugar lindo pero me deprimía tanto que sea así de vacío.

Cartas - Scaimar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora