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La tarde me angustiaba, era viernes pero al no tener amigos mí vida era simplemente estudiar y salir a caminar buscando algo que me entretenga, nisiquiera podía viajar al centro de Buenos Aires, no se, comer unas pizzas en guerrin, no, era todo al rededor de lo que mis papás necesiten.

Estaba merendando cuando escuché el timbre y la voz de mi mamá diciendo "QUERIDOO, TANTO TIEMPO NO LO PUEDO CREER" pensé que tal vez era un familiar o vecino ya que en la zona habían algunos conocidos pero me congelé cuando mire por mi ventana y estaba el, parado como si no hubiera pasado nada, como si lo viera todos los días, hablando con mí mamá sobre boludeces.

— Pablito bajaa, mira quién llegó

Bajé corriendo pero con las cejas fruncidas y los ojos a punto de largar alguna que otra lagrimita, es que no entendía, mi cuerpo corría como un instinto y mi cara no podía esconder lo que realmente sentía.

— Dios, Pablo menos mal que te encontré, no lo puedo creer

— Hola, ¿Que haces acá Román?.

Mi vieja lo invito a pasar y me miro para que apruebe la invitación, no pude hacer nada más que guiarlo con la cabeza y entrar detrás de el, lo lleve a mi habitación, no porque quería que esté ahi, si no porque era el único lugar en el que podíamos hablar de todo.

— No puede ser que por más de que te mudes sigas con tus pósters y así, no cambias eh — Román se hacía el boludo, caminaba por mi habitación viendo cada detalle

— Dale, habla, para eso viniste.

— Ay Pablo nosotros nos conocemos, somos amigos de toda la vida ¿O no te acordás cuando te sumaste al grupo?

— Vos te fuiste con tu novia a la mierda y te chupo un huevo como me trataron todos tus amigos, vos mismo te defendías diciendo que yo era cariñoso pero que ni en pedo eras gay como si fuera una enfermedad, nisiquiera sabiendo si yo soy o no soy.

— Bueno pero ya está, te pido perdón por eso pero yo no quiero distanciarme de vos, posta, los dos cometimos errores, te pido la última oportunidad, si vos no confias más en mí yo me voy y te dejo en p- ¿Que es esto?

— Cartas

— ¿Cartas? Pero no son mías...

— y no, es un amigo mio, se llama Lionel y nos conocimos por un error básicamente él vive en tu casa ahora pero como yo no sabía que te mudaste te mandé cartas y el las encontro y me explico que no vivías más ahí, en fin, ahora somos amigos.

— ¿Me reemplazaste enano?

— No seas tarado Román.

Pasamos la tarde y la noche juntos como antes, comimos y paseamos por Buenos Aires hasta que volvimos a mi casa y lo invite a dormir. Román vivía ahora en Buenos Aires, a una hora de mi casa actual debido a que fue llamado por Boca y trataba de darlo todo allí, me sorprendió que la vida nos llevara a encontrarnos en Río Cuarto y después en Buenos Aires, casi como el destino, pero no me quería ilusionar, mientras tanto solo iba a disfrutar de su estadía.

Cartas - Scaimar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora