11 pt2

68 13 3
                                    

Bajé las escaleras corriendo y me paralice cuando vi a Pablo, estaba hermoso con una camiseta de Argentina y su mochila que era dos veces más grande que el, corrí a abrazarlo y note como temblaba, yo estaba igual pero me sorprendió, no lo esperaba.

— Pablo, estás... Estás muy lindo

— vos también Lío, no lo puedo creer.

Saludamos a su familia pero antes ví bajar del auto a Román, con su cara haciéndose el vivo y saludando mientras posaba su brazo en el cuello de Pablo.

— Holaa, che que loco, esta igual mi casa eh

— Bueno, ahora es mí casa — Dije resaltando el Mí, el no tenía ningún derecho a hablar así, pero me calle por la cara de incomodidad de mi amigo y el codazo de mí mamá. — Mejor pasemos.

Pasamos a mí cuarto y los dos recorrian cada espacio como si lo conocieran de memoria, era raro pero al mismo tiempo tenía sentido, antes seguro pasaron miles de cosas acá, miles de recuerdos que no me pertenecían.

— Wow Lionel está hermoso tu cuarto, lo decoras muy bien, ¡¿Y TENES LOS CDS DE SERU GIRAN?!

— Sí, tengo un par de cds, si querés pone algo, lo que quieras de verdad. — Pablo recorrio con sus dedos cada disco y optó por uno de Miranda, jamás lo había escuchado, era de mi prima — Ese seguro se mezcló con el de mi primita que me ayudó a la mudanza, bueno, en realidad no me ayudo, solamente jugo con mi hermanita, pero ponelo si querés.

— ¿Miranda, algo más de trolo no tenes?

— ROMÁN CALLATE, Perdón lío, a mi me re gusta Miranda, pone y escuchamos. — Puse lo que me pidió y le pedí a Riquelme que por favor se vaya a cambiar así después nosotros lo hacíamos y nos íbamos a la joda, pero antes decidió seguir cagandome el día.

— ¿Tenés las cartas de Pablo?

— Ay Lío, que hermoso, gracias por guardarlas

— ¿Cómo no las voy a guardar si te tomas el tiempo de decorarlas tan lindas? Posta eh, tengo todas.

— Yo las tire porque eran tantas que no me entraban por ningún lado, Pablo siempre fue así, medio intenso.

Los cachetes de Aimar se pusieron rojos y me dio tanta bronca que él le de una oportunidad a un chabon tan desagradable como Riquelme

— A mi no me parece intenso, todo lo contrario, es muy lindo y muy tierno.

— Esta bien Lio, no te preocupes, gracias.

Terminamos de prepararnos y preparé un fernet para entrar en calor y más con el frío que hacía, mientras nos preparábamos hablamos de música, de la escuela, de todo lo que podíamos hablar mientras Román no estaba con nosotros metiendo la pata.
Salimos a eso de las 23:30 para llegar justo a las 00:00 a la fiesta, tomamos un colectivo y llegamos perfecto, Román se perdió con algunos amigos suyos y Pablo solo saludaba a algunos mientras el resto lo miraba mal o chusmeaban como si no existieramos.

— ¿Aimar?

— Ayala, tanto tiempo, que gusto verte

— No puedo creer, hace tanto no te veía enano, sabía que Lio hablaba con vos pero no que ibas a venir.

Se quedaron hablando y yo preferí buscar algo para tomar entre los tres, lo primero que vi fue un vodka barato con jugo y unas papas fritas, agarre ambas cosas y Salí pero cuando volví estaba solo Pablo.

— ¿Y como la estás pasando?

— Ay Lio no se si yo debería estar acá, todos me miran mal Boludo, como si tuviera una enfermedad o algo así

— No seas tarado, el primero que dice algo lo cago a palos, te lo juro, ahora enseñame a bailar cuarteto ya que sabes tanto

— Y obvio pibe, pero después me enseñas a bailar una cumbia a ver que tan Santafesino sos.

Empezamos a bailar "Que Ironía" moviendo los brazos y piernas, yo quería seguirle el ritmo pero siempre fui de palo para mover el cuerpo, entre vueltas y pasos raros terminamos con los dedos entrezalados y las mejillas coloradas.

— Amo Rodrigo y el cuarteto, hace mucho que no bailaba

— ¿No salís seguido?

— No salgo mucho, igual no me refería a eso, más bien me refería a que hace mucho no bailo con alguien, cuarteto o lo que sea.

Empezó a sonar "Por lo que yo te quiero" y volví a tomarle la mano pero ahora llevandolo a un lugar un poco más íntimo.

— Yo te voy a sacar a bailar las veces que quieras

— No me quejo.

Luego de un par de temas dejé a Pablo hablando con nuestros compañeros pero cuando volví eran solo él mientras Román, Walter y otros pibes que no conocía se le hacían los malos.

— ¿Che que pasa acá? ¿Pablo, te están molestando? — Hablé interviniendo mientras algunos se iban

— ¿Que pasa Scaloni? ¿No te alcanzo con lo que te dije en la clase para que te alejaras de Pablo?

— Tranquilo Walter, el es un amiguito de Pablito, nada más — Cuando Riquelme lo abrazo y Pablo trato de zafarse me le tiré encima empujandolo para atrás — ¿Que te pasa flaco, querés que te cague a palos?

— Rompeme la cara de una piña si querés pero si él no quiere que lo toques no lo tocas pelotudo.

Ví como su puño casi pega en mi cara pero me empujaron y caí al piso en vez de recibir la piña, cuando levanté la vista era Pablo el que tenía la cara morada del golpe

— Sos una mierda Román, yo siempre te quise ¿Sabes? Desde el día uno eras lo mejor que tenia en la vida, no solo mi mejor amigo, nunca ni un momento sentí algún otro amor que no sea el de un amigo, pero a vos te re chupo un huevo con tal de quedar bien delante de tus amigos, te di otra oportunidad y fue peor, ahora te jodes, ah y anda viendo como te volves porque a la casa de Lionel no vas y mis papás no te van a llevar. Vamos Lío.

Me levanté del suelo mientras susurraba un "¿Estás bien?" Sin respuestas y era lógico, nadie podría soportar enfrentarse así a un amigo que amas pero que se sacó una máscara.

Llegamos a mi casa sin hacer ruido pensando en que estarían todos durmiendo y subimos un momento a mi cuarto para preparar todo para dormir, recién eran las 03:30 pero el sueño nos invadía y se notaba que Pablo no tenía ánimos de hablar, tampoco lo iba a obligar después de tremenda noche.

— ¿Querés un té? Yo voy a bajar a tomar agua pero te hago uno y te subo así no bajas, hace frío

— Bueno, gracias.

Fui a la cocina a preparar el té y mientras el agua se calentaba escuché el ruido de unas ojotas viniendo, era mi mamá.

— volvieron temprano

— No estaba tan buena la fiesta, Pablo tenía frio y...

— tranquilo mi amor — me dejó un beso en la frente y volví con el té a mi pieza, pero cuando apoye la bebida Pablo ya estaba envuelto en mis sábanas y dormido sentado sobre la punta de la cama, me quedé un rato paralizado por sus rulos y su paz al dormir, era muy lindo, muy tierno, lo deje dormir pero antes le hice upa para acomodarlo sobre la almohada y que duerma más cómodo.

Nunca voy a entender como tanta belleza puede acumularse en un pibe indefenso y de estatura chiquita, pero dicen que lo bueno viene en frasco chico.

Cartas - Scaimar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora