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Me desperté gracias a una gallina que cantaba a todo pulmón, aunque la cama era enorme, Lionel había decidido dormir completamente abrazado a mí y eso, alejado de molestarme me puso más feliz, fui a preparar el desayuno y cuando volví ya estaba sentado leyendo un libro viejo que alguno de mis tíos seguro dejo sobre la mesa hace tiempo

— Buen día Pablito

— Buen día, traje mates y pancitos ¿Te gustan los libritos o preferís pan con manteca?

— estos estan bien, no te preocupes. — Tomo el termo y le extendí el mate para que cebe — Che, que viejo este libro, no tiene nada interesante es todo... Raro.

— Si te gusta leer mi tía tiene un estante y siempre me deja leer algunos mientras se lo devuelva, le puedo decir que te preste alguno por estos días

— Gracias pero prefiero aprovechar lo que nos queda en estas mini vacaciones con vos — me acerque y me le tiré encima haciendo que quedemos acostados mientras él me acariciaba mi pelo — Estoy feliz de estar acá

— Yo igual, no quiero ni pensar en todo lo que tengo que hacer cuando vuelva

— ni yo.

Terminamos de desayunar y fuimos con toda mí familia, íbamos a limpiar pero nos mandaron con los hombres a juntar leña, odiaba que nos separen en hombres y mujeres, pero igualmente fuimos y mientras yo sostenía una de las carretillas, Lionel juntaba ramas y troncos.

— ¿De que equipo so' Lionel? — Pregunto uno de mis tíos

— Soy de Newell's, ¿Ustedes son todos de River no?

— Sí en la familia sí, menos mal que no sos de Boca vos eh, una vez vino un pibito que trajo el Payito, Bostero pero a morir, horrible.

— Bueno tio pero no importa, no hablemos de Román, ya pasó.

— Ese si que era maricón, maricón pero a morir — Ví la cara de Lionel y no sabía que hacer para cambiar de tema, el estaba blanco, y claro, yo estaba acostumbrado a todo esa homofobia y el rechazo, pero el no.

— ¿QUE DIJISTE CLAUDIO? SEGUÍ JUNTANDO LEÑA — le gritó mi tía

— Ay tio, prefiero un Maricón antes que un gobernado.

Empuje a Lionel para que corra y entre risas nos fuimos a sentarnos en donde la noche anterior nos habíamos besado, pensé que íbamos a estar tensos, incómodos o aunque sea con miedo, pero con Lío la seguridad se potencia, el es muy tranquilo y creo que eso se contagia, es lo que más amo de él.

— ¿Cómo la estás pasando Lioncito?

— ¿Nuevo apodo?

— Creo que si me vas a decir Payito tengo que decirte de alguna forma yo también

— Bueno pero entonces tengo que cambiarte de Payito a Payasito, porque vos lo inventaste, yo me lo robe, aparte mira esos cachetes pareces un payasito todo tierno. — Otra vez sentí mi cara arder cuando me agarró las mejillas, no se que tiene con mi cara pero amo su contacto con mi piel — La estoy pasando hermoso acá con vos Pablito, gracias.

— Sobre ayer... Yo no quiero que sientas presión ni nada, no te quiero asustar

— Yo elegí besarte, no tenes de que preocuparte de eso, ahora sí te arrepentiste esta más que bien y podemos ser amigos todavía

— No quiero decir eso, quiero decir que acá es todo complicado, pero creo que me gustas

— Y vos a mí.

Lo bese una vez más pero me aleje rápido cuando escuché las pisadas de hojas secas, por suerte no era mi papá, solo Cristian que estaba jugando.

— ¿Mí primo Pablito y vos son novios? — Le pregunto a Lionel con los brazos cruzados

— Ehhh, n-no sabria decirte Cristian

— Ah bueno porque si son novios me tenés que contar porque yo los vi besandose, y decime cuti porfis.

— Enano sos un Chusma vos, anda a jugar que es cosa de grandes esto, chau chau.

Cuando el menor se fue corriendo y riendo nos levantamos para comer, mañana ya sería el último día y me entristecia un poco alejarme de Lio pero tampoco podía convivir con el hasta el día de mi muerte, aunque debo admitir que no me molestaría tampoco. Mí primo mayor, que es medio boludo pero también medio copado, nos invitó a una joda que hacían en el centro del pueblo, ya que a pesar de ser todo campo, a unos pocos kilómetros había una ciudad con adolescentes igual que nosotros y mi primo conocía muy bien el lugar y a las personas ya que casi siempre venia, en cambio yo soy menos de viajes y más de mi casa, con Lionel aceptamos ir porque no había más nada que hacer y como nos llevaría mi tía no había problemas, bueno, el único problema era que íbamos a estar los dos solos ya que mi primo seguramente se iría por ahí con los pibes que conocía, tampoco era algo que nos molestaba, no se aleja mucho de nuestra realidad.

— ¿A que hora es la fiestita esa hijo?

— A las Doce empieza, pero tranqui ma, nos lleva la tía y aparte va a ser normal, más relajada que las de Buenos Aires.

— De eso seguro que si Tia, pero tranqui, voy a cuidar a Pablito y a su Lio — Hablo mi primo abrazándonos a ambos, solté su brazo de mi hombro y sonreí con sarcasmo, éramos como el agua y el aceite, nunca nos llevamos bien.

El resto de la tarde hablamos de la fiesta y de lo que había pasado la última vez que salimos juntos pero esta vez iba a ser diferente claro, aunque dejamos pactado entre nosotros que no íbamos a besarnos, más que nada por mí, no quería que me hicieran una escena todos y menos adelante de Lionel.

El día paso casi volando jugando a la pelota y comiendo mandarinas bajo el sol otoñal, amaba estar al lado de una persona como lio, no sabía que era, pero conectabamos de una manera mágica que jamás me había pasado, nisiquiera con Román, el me tenía suspirando, me tenía con una sonrisa de oreja a oreja y jamás me hacía sentir mal, era mi primer y espero que único amor.

— Bueno Payasito, ya terminé de bañarme, anda vos ahora

— ¿No vas a dejar de Joder con eso de Payasito, no Lioncito?

— Nop, nunca jamas así que anda acostumbrandote. — rodeé mis ojos y fui a bañarme mientras escuchaba la música que ponía el alto en la que era nuestra habitación, sonaba "Trátame Suavemente" de Soda Stereo mientras el agua llenaba la bañadera y un click hizo en mi mente, en mis pensamientos estaba solo él y me preguntaba si le pasaba lo mismo, si el sentia esta intensidad y si pensaba en mí como yo en el. Termine de bañarme lo más rápido posible y salí luego de dos temas más, cuando entre a la habitación estaba Lio bailando "De musica ligera" a todo pulmón y solté una risa mientras sacudía mis rulos con una toalla.

— Guarda esa energía para la fiesta — Sus pómulos se pusieron rojos y me miro con los ojos abiertos como platos — ¿Ahora quien es el payasito?

— PABLOO, basta me haces poner rojo

— Pero si te ves re tierno así. — Me acerque para dejarle un beso en los labios — Bueno dale, me cambio y nos vamos.

Cartas - Scaimar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora