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El partido había sido un poco difícil porque era un clásico y ahí no se juega, se lucha, aunque yo odiaba que sea así ¿Por qué razón tendríamos que odiarnos a muerte si solamente estamos jugando? Igualmente dejé mis pensamientos de lado y seguí con lo mío, tampoco iba a dejar que me ganen, tenía una meta y la cumplí, mi gol fue fantástico no lo voy a negar, pero me dolía muchísimo festejar cuando me había enterado que Lionel se alejo por mí, bueno, en realidad por alguien que se hizo pasar por mí.

Caminé hasta afuera, el cielo empezaba a teñirse de naranja y yo quería descansar pero sabía que tenía que enfrentar a los periodistas, me apoye sobre una pared en total silencio cuando siento una mano tirando de mi remera, era una nena chiquita que me miraba con vergüenza mientras me entregaba un ramo de flores.

— H-hola

— Hola hermosa ¿Como te llamas?

— Azu

— Hola Azu, ¿Estás flores son para mí?

— Sip, A partir de ahora sos mi jugador favorito.

La nena salio corriendo y me quedé quieto en el lugar, no estaba acostumbrado a recibir regalos o flores por jugar al fútbol, quedé muriendo de ternura hasta que se me ocurrió una idea y corrí hasta donde estaban los periodistas, todos esperando a que yo hablara ya que fui el que metió el gol.

— Una entrevista por favor. — Me acerque y tome el micrófono que me ofrecían — Estamos con Pablo Aimar, te felicitamos ante el gol antes que nada, ¿Como llevas esto de ser futbolista? Sabemos que no sos muy cercano al grupo, salvo a Román que aunque es de boca se los vieron muy amigos.

— A Román lo conozco de chico y por eso hablamos hoy en el partido pero hasta ahí — Intenté disimular la bronca que tenía porque a pesar de que yo intenté tomar distancia para que nadie piense nada de Riquelme y yo, el me había ganado de mano — Disculpa, ¿Puedo decir algo?

— Lo que quieras.

— Recién me regalaron estas flores y en mi vida me arrepiento solo de una cosa, de no insistir, de no hablar, de no aclarar los tantos, así que estas flores son con mucho amor para L.S, te extraño y no sabes lo mucho que me gustaría festejar esta victoria con vos.

— Bueno, la promesa del fútbol Aimar esta enamorado se ve.

Tomé el micro que nos llevaría de vuelta a nuestras casas con desconfianza, no sabía si lo que hice estuvo bien pero tampoco me arrepentía, solo esperaba que Lionel haya estado presente para verlo, no quiero perderlo y voy a hacer hasta lo imposible para que sepa la verdad.

Cartas - Scaimar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora