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Me levanté por una mano que me sacudía con fuerza, al abrir los ojos estaba mi mamá intentando despertarnos a Lionel y a mí pero claramente ninguno reaccionaba, me cambié y preparé el desayuno para llevarle a Lionel a la cama antes de irnos.

— Buen día Lioncito

— Buen Día Payasito.

Le di un corto beso y me acosté con el para comer las tostadas y tomar el mate, el día era perfecto aunque hacía frío y quería quedarme acá por siempre, con el viento, el olor a pasto y Lionel que me miraba como si fuese lo más valioso que tenía en su vida.

— Ya nos vamos en una hora

— No quiero

— Ni yo, por lo menos tenemos el viaje y no tenemos que separarnos ya ya ya. — Suspiré y le pase el mate — ¿Te van a venir a buscar a vos?

— Si, a tu casa, si te parece bien

— Me parece perfecto.

— Mira que en unas semanitas seguro nos volvemos a ver eh, así que ojo vos, cuidate que soy celoso

— ¿Ah si? Mira que yo también soy celoso, que se cuide el Ratón

— Si me va a gustar un pibe además de vos no va a ser el Ratón

— Espero que ningún otro pibe te guste, solo yo

— Si sabes que así es, solo vos, me moriría por estar siempre con vos.

Cartas - Scaimar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora