Ryu Kudo, un joven ex delincuente, tuvo un gran cambio en su vida que lo llevó a dejar las calles y de ser un delincuente, sigue su historia y el cómo se convierte en el tutor privado de cinco hermanas las cuales son Quintillizas y quienes podrán de...
Después de lograr proteger la sonrisa de Onee-san me dirigí hacia la escuela (con un "ligero" dolor de estómago) más temprano de lo que suelo hacer debido a que no tenía que preparar el desayuno y otros quehaceres. En eso que caminaba y leía mis notas de estudio esperando a que el semáforo cambiará a color verde una suave voz me sacó de mi concentración.
¿?: Caminar así es muy peligroso, Ryu~-.
A quién le pertenecía esa voz no era otra más que Ichika, la cuál agrandó su sonrisa al verme sorprendido antes de pararse junto a mi y continuar.
Ichika: Buenos días~-.
Casi de manera involuntaria podía sentir que mis mejillas se aflojaban en una sonrisa mientras le respondía.
Ryu: Buenos días...¿Cambió de imagen?-.
No estaba sorprendido de encontrarme a Ichika de camino hacia la escuela porque no sería la primera vez que sucede, bueno, tal vez un poco si debido a que hoy salí más temprano, pero estaba más curioso por las gafas que estaba usando actualmente.
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Ichika: ...Algo así...¿M-Me quedan mal?-.
Aunque levanté ligeramente mi ceja por la forma esquiva de responder, me concentré más en responder su pregunta, así que la miré fijamente en silencio y haciendo que su rostro ya rojo aumentará un poco más.
Ichika: Ah...N-No es que me moleste pero si me miras tan fijamente...-. Respondió nerviosa y tímidamente la sentir su "apasionada" mirada.
Ryu: Linda-.
Ichika: ...¿Eh?-.
Ryu: Estás muy linda, hermosa, preciosa...-.
Ichika: ¡P-Para, para, ya entendí!-.
Había más palabras que quería decirle pero tuve que guardarlas en mi corazón, y siendo bastante sincero no estaba mintiendo, ya sea Ichika o cualquiera de las hermanas son una belleza en todo el sentido de la palabra por muy "iguales" puedan llegar a ser, y sin importar que tanto cambiaran ligeramente su apariencia me seguirían gustando igual.
Ryu: (¿Es porque las veo con "ojos de enamorado"?)-. En eso que me hacía esa pregunta, Ichika quién parecía haberse recuperado (aparte de su ligero enrojecimiento en sus mejillas) me entregó un vaso térmico con el café que suelo comprar en la tienda del frente.
