Capitulo 29

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Alexander

¿Cómo te la imaginas ahora de grande Sultana?

Sultana: ¿A quién Alexander?

Pues a tu hija, a quien mas Sultana, —tuerzo los ojos—.

Sultana: —pienso—, pues me la imagino así:

—ojos grandes color café, cabello largo negro, alta, grandes atributos como yo.

¿Por qué me estas preguntando eso Alexander?

—lo veo con ganas de asesinarlo—, sabes quién es mi hija.

—digo entre dientes—.

¿Respóndeme, Alexander?

Cálmate Sultana, no vengas a joderme por esto, si lo sabia o no eso no es relevante, solo alégrate que ya la tendrás en tus brazos, —tuerzo los ojos—

Lo mejor de todo es tu bello reencuentro Sultana, entre madre e hija.

—lo digo con voz de sarcasmo—, es hoy ese reencuentro Sultana.

Recuérdalo muy bien, es hoy a las 8:00 pm frente a la playa privada de la zona costera occidental.

Sultana: —suspiro profundo—, bueno pues dime desde cuando lo sabes?

Trato de controlarme para no parecerme una vieja lunática, —suelto un suspiro profundo—.

Lo supe desde que tu ex Emrre me entrego a su hijita en mi poder, ósea hace aproximadamente 3 meses.

Sultana: qué te entrego a Demet? ese es un malnacido, no jodio a una sino a sus dos hijas.

¿Por qué te la dio?, te debía dinero o simplemente le estorbaba su hija?

Sultana, Sultana tu ex era un malnacido me la entrego por que estaba en la calle sin un centavo, ya no podía sacarle dinero a su mujer la loca.

Simplemente a el nunca les importo sus hijas, el muy hijo de perra me dijo que se acostó contigo porque quería poder, y su mujer ni se movía en la cama y tu si eras una verdadera mujer.

Te quito a tu hija porque no quería que la loca, fuera a hacerle algo, el si amaba a Danika, por que fue fruto de un amor prohibido, pero a Demet nunca la quiso por que verla era recordar que se caso con una turca clasista.

Sultana: quiso a mi hija, si como no ese malnacido me la arrebato de mis brazos, el sabía que esa estúpida nunca podría llegar a mi tengo mas poder que esa pobre pendeja.

Ya te conté su versión, relájate y te espero a la hora acordada.

Adiós Sultana.

Hora del reencuentro.

Rio de Janeiro.

Playa privada de la zona costera occidental.

8:00 pm.

—llegue al sitio donde las cite a las dos—, a lo lejos veo llegar dos convertibles, aunque no se conozcan las dos tienen los mismos gustos, e irradian poder.

Sultana: —caminaba con nervios al saber que estaré con mi hija—, se que me putiara, me gritará hasta me dirá que me voy a morir y lo aceptare. Es mi hija y la perdí por pendeja.

—entro al sitio y lo veo hay sentado con una botella de champaña, es enserio que esta hay sentado como si esto fuera una cena familiar—, lo quiero matar a ese cabron.

LA BESTIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora