LA BESTIA

Capítulo 28

Este capítulo tendrá dos momentos:

—el pasado triste de Danika, contando como es que se conoce con Miguel su primer hombre en su vida y se entera que el casi la lleva a la muerte.

—el fin de una despedida con sabor a traición, pero es el final de un cabron, gracias a una más de las que el manipuló.

<<el fin justifica los medios, si alguien te jodi o por años, debe morir de la peor manera posible.>>

Varias horas después.

Danika

Pasado.
Favela Rocina.

Tenía 17 años cuando hui de mi hogar, porque mi madre era una alcolica y prostituta que se vendía por unos miserables pesos, para comprar:

—droga, alcohol, y cigarros.

Siempre fue lo mismo desde que tengo uso de razón, nunca me ha dado amor de madre, ni me cuida cuando la necesitaba, siempre estuve sola en este mundo de mierda.

«ella siempre me decía que yo soy la desgracias de ella y mi padre, que nunca debí nacer que, si me hubiera dejado en Estambul ella, estaría mejor sin mí.»

Nunca le entendí ese odio hacia mi soy su hija, maldita sea.

Recuerdo que cuando tenía 12 años ella estaba hablando con una señora mayor que le apodaban Masasha Kinnaa, una mujer que es la bruja mayor de la magia negra de nuestro territorio, esa señora le dijo a mi madre que yo debía volver a mi origen, es por eso que siempre supuse que yo no era hija de mi madre.

Siempre estuve callada para no pelear con ella, pero esta duda me carcome siempre, es por eso que decidí irme de la casa donde viví desde que nací eso creo desde esas palabras raras.

Ella más de una vez me quiso vender con los asquerosos vendedores de droga para que le dieran droga gratis, pero nunca pudo hacerlo, porque me fui de ese sitio.

Para nunca más volver, —respire un poco el aire fresco de la calle—, porque adentro siempre olía a droga, cigarrillo, alcohol, orina y fluidos.

¡Qué asco!

Solo de recordarlo me dan ganas de vomitar, pero seguí caminando hacia un pequeño parque que hay en la Favela.

—me senté en una silla—, y observé a los niños jugar, a los novios besarse, a los vendedores de droga vender sus porquería.

Sentí una mirada muy penetrante hacia mí, cuando me volteo siento la presencia de un joven alto moreno con una sonrisa malévolo.

Miguel: mucho gusto me llamo Miguel, con quien tengo el gusto de verla tan sólita.

¿Me llamo Danika y que tanto me estabas mirando?

—siento como su mirada se vuelve más intensa y medio sonríe—.

Miguel: pues solo te vi sólita por estas calles tan peligrosas, —agarro un pañuelo y se lo pongo en su nariz para que lo oliera—, así podérmela llevar, esta jovencita esta perfecta para que sea mi mujer.

Al sentir el olor feo de ese pañuelo, empecé a tratar de quitármelo, pero fue imposible me venció esa cosa.

Miguel: la vi tratando de luchar contra la droga, pero no pudo, —la cargué y la subí a mi auto para llevarla a nuestro nuevo hogar—.

Horas más tarde.

Despierto en un cuarto de color rojo donde estoy desnuda y amarrada, empiezo a gritar y a patalear.