Capitulo 12

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Sexo, sudor, alcohol y Drogas.

¿Qué sucede cuando mezclamos esas tres cosas en una fiesta?

«Todo el mundo ha dicho, que si uno mezcla es las drogas con alcohol esa combinación siempre algo sale mal.»

«Pero como yo soy terco nunca escucho los consejos de las personas, solo las de mi madre y padre, pero este ultimo se paso con su experimento con la droga de mi tía.»

«Recordaba las palabras que una vez me dijo mi querida madre al decirme, aquellas sabias palabras.»

Querido hijo nunca olvides:

«Que, aunque te sientas frustrado, enojado y sin fuerzas recuerda que yo siempre estaré al final de la tarde esperándote.»

«Sentía como mi madre me abrazaba cada vez que, hacia una travesura, ella solo me acariciaba mi rostro y yo me calmaba.»

«Cuando siento que mi mundo se va a la mierda, veo como mi madre nos mira con ternura y devoción.»

«El vacío, el espejismos de un amor no correspondido nos podría marcar una delgada línea de lo que esta bien y lo que está mal.»

«Todo el vacío de mi vida lo llenan tus sonrisas y alegrías.»

Rapándoselo, Quevedo

Rapándoselo estaba cierta hermosa, hasta el ombligo toda arremangada, las piernas muy abiertas, y asentada en una silla ancha y espaciosa.

Mirándoselo estaba muy gozosa, después que ya quedó muy bien rapada, y estándose, burlando, descuidada, metióse el dedo dentro de la cosa.

Y como menease las caderas, al usado señuelo respondiendo, un cierto saborcillo le dio luego.

Mas como conoció no ser de veras, dijo: «¡Cuitada yo! ¿Qué estoy haciendo? Que no es ésta la leña desde fuego».

Alexander

—me encontraba tirado en un sofá de la sala, observando a todos a mi alrededor—, pero alguien hizo que mi vista cambiara de rumbo hacia esa bella chica, «era una bella rubia; de ojos azules como el cielo, unas curvas de infarto, unos grandes senos como para chuparlos, unos labios carnosos para morderlos, trasero de infarto y unas malditas piernas largas.»

—me levante del sofá con dirección hacia ella, porque quería tenerla entre mis piernas—.

Aquella chica estaba completamente mojada y se le notaba que no traía ropa interior, ¡Solté una risa escandalosa!, al saber que estaba lista para follarla. Me acerqué a ella y le dije en eslovaco:

«Mamacita, si taká lahodná, že ťa udriem tak silno, že ťa nechám niekoľko dní bez chôdze, že si to budeš chcieť zopakovať.» [Mamacita estas tan deliciosa que te voy a dar tan duro, que te dejare sin caminar por varios días, que querrás repetirlo.]

Ella me respondió de inmediato cosa que me asombre.

Chica: Alexander creía que no sabia el idioma que me hablaba pues si soy de allá.

—agarre su cintura fuerte, la lleve directo al curto de juegos, donde había chicos jugando y otros follando—.

Les grite fuerte a esos pendejos, ¡teraz vypadni z tejto prekliatej izby! [salga de esta maldita sala ahora.]

LA BESTIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora