Capítulo 24

22 2 0
                                    

Demet

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Demet

—llegue a una casa tipo castillo Otomano—, donde solo se que sufriré mucho todo gracias a mi padre.

«yo amaba a mis padres, pero ellos nunca me demostraron ese amor de padres hacia mi, solo me exigían cosas que yo nunca quise como mujer, era algo que solo alguien tan perverso se lo pediría a una niña de 3 años.»

—medio sonrió— al recordar todas las cosas que viví como una hija no deseada por mis padres.

Lo más feo fue de como me enteré que mi padre le era infiel a mi mamá, solo tenía 4 años, llegaba del colegio y los escuchaba discutir sobre una mujer con una niña de mi misma edad.

—salí de mis pensamientos—

«no puede ser que mi primera vez sea con una persona sin alma, sin tacto y sobre todo sin sentimientos.»

«mi propia madre me destruyó por dentro al decirme que nunca debí nacer, que solo fui un instrumento de amarre hacia mi padre para que él no se fuera con su amante y su otra hija.»

Solté un pequeño jadeo de dolor, por que sentí como me agarraron el brazo de manera brusca, para que entrará a un cuarto oscuro donde será mi nueva habitación.

Me hicieron sentir que solo nací para amarrarlo y no dejarnos.

Trato de no llorar para que mi sufrimiento sea un poco menos doloroso.

Mi vida antes de esto era ir a la empresa como una simple herramienta de trabajo que mi padre usaba para mostrar las joyas, las prendas las modelos lo hacían.

«las mujeres de mi cultura somos sometidas a muchas prohibiciones, por nuestra cultura, no como las jóvenes de occidente que son más libres, en cambio oriente se rige por otras creencias más mayistas y pone a la mujer, como alguien inferior

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«las mujeres de mi cultura somos sometidas a muchas prohibiciones, por nuestra cultura, no como las jóvenes de occidente que son más libres, en cambio oriente se rige por otras creencias más mayistas y pone a la mujer, como alguien inferior.»

Alexander: «le recalcó muy bien a ella que debe obedecerme en todo, ya que ella fue vendida por su padre, el prefirió salvar su vida a costa de su propia sangre, ese tipo es el macho más cobarde que he visto en esta cultura.»

LA BESTIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora