Capítulo 26

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Pequeña explicación, porque sé que van a confundirse:

Al comienzo habrá una escena de Alexander con dos azafatas. Acá les dejaré un pequeño dato de cada una.

Azafata #1: la más experimentada, cabellera negra, pelo corto, grandes senos y es escandalosa.

Azafata #2: menos experimentada, cabellera rubia, pelo largo, senos pequeños y tímida.

Alexander

—dejo a la azafata de cabellera negra en una de las sillas del avión—, para ir a buscar a la otra azafata que tiene la mirada perdida y esta nerviosa.

¡Suelto una carcajada!

—pongo a la azafata en mis piernas, para empezarle a masturbarle con mis dedos su coño apretado—.

Ella se empieza a mover al sentir como su cuerpo reacciona a mis movimientos con mis dedos, —le agarro su mandíbula muy fuerte y le muerdo sus pequeños labios carnudos con mis dientes—.

Mientras que la otra azafata me jala duro mi polla y empieza a masturbármela con sus dedos ágiles de arriba hacia abajo rápidamente.

Joder, ¡joder y maldita sea! esto es lo que necesitaba, y no a una llorona que ni abrir las piernas sabía hacer.

—la agarro del cuello fuerte y le quito sus manos de mi polla y la penetro salvajemente sin tiempo de reaccionar—, y a la otra aumento mis embestidas con mis dedos en su coño húmedo y estrecho.

Las dos azafatas gritaban de placer al sentir como sus orgasmo llegaban a su cuerpo, gracias a mí que las penetraba profundamente y salvaje.

Seguía penetrándoles el coño y el culo salvajemente sin dejarlas que diga algo.

—saco mis dedos de su coño y le agarro su mandíbula fuerte y les meto mis dedos en su boca—, trágatelo! —se lo digo con voz mandante—.

A la otra, —le agarro su cabello duro y le hago qué le chupe el coño a la otra—, para luego las agarro del cabello a las dos y les digo:

Gracias por sus servicios mi mano derecha les dará su paga.

Otra cosa ni se les ocurra buscarme por que terminarán muertas en un asqueroso callejón, ¿Lo entendieron?

—las veo a las dos y las tiro al suelo—.

«detesto que hablen cuando follo a alguien, porque solo son putas nada más.»

—saco mi polla y les tiro mi semen en sus caras y tetas—, me vale madres si no les gusta nunca dejaré que una prostituta me enrede con un hijo.

«que Dios me libre de esa vaina, de tener un hijo de una cuca floja.»

Dicho que dice la mamacita de mi tía Luna. Esa mujer si la pondría el 4 para hacerla gritar.

Pero desgraciadamente es mujer del amargado de mi tío Marc.

—salgo de mis pensamientos—

Follan bien, pero a la final son putas.

—entro a mi habitación y entro al baño a darme una ducha relajante—, para quitarme el olor a puta.

—veo que una de las azafatas me observa desde la puerta, es la de cabellera negra con ojos cafés—.

Salgo de la ducha y llego donde esta ella, —le agarro el pelo duro y la empujó contra la pared de vidrio y la penetro salvajemente—.

Le tapó la boca y me sigo moviéndome salvajemente sin dejarla de penetrarla.

—la empujó con fuerza hacia la ducha que la sigo penetrándote con fuerza y agarro unas pinzas y se las pongo en sus pezones—.

LA BESTIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora