☪┃ᴛʜɪʀsᴛ ғᴏʀ ʀᴇᴠᴇɴɢᴇ «𝗞𝗦𝗝»¹

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Después de que Lore vea como su marido le es infiel no parará hasta saciar su sed de venganza

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Después de que Lore vea como su marido le es infiel no parará hasta saciar su sed de venganza.

Regresé a casa muy alterada, un pesado vuelo transoceánico y un atractivo pasajero se habían aliado para dejarme agotada tanto física como mentalmente. Soy azafata, y durante seis horas y media aquel simpático pasajero no paró de mirarme y hacerme reír cada vez que pasé a su lado, que no fueron pocas.

―El vuelo se me ha hecho corto. ―me dijo con una gran sonrisa cuando abandonaba el avión― Me lo he pasado muy bien.

―Gracias por volar con nosotros. ―contesté mecánicamente notando mi corazón palpitar a toda velocidad.

―Gracias a ti. Aquí tienes mi tarjeta.

Aunque muchas veces me han piropeado, aquel día me sentía más receptiva que de costumbre, por decirlo de algún modo. A pesar de estar agotada, tenía unas ganas terribles de llegar a casa y echar un buen polvo. Llevaba casi dos semanas sin sexo. La dureza de mis pezones era elocuente. Me quedé mirando el reflejo de mi cuerpo en la cristalera de la parada de taxis. Guapa, peso ideal, las tetas en su sitio, el culo apretado… «Estás estupenda para haber pasado los cuarenta… hace tres años»―pensé divertida.

Saqué del bolso la tarjeta de visita con idea de tirarla a la papelera, no fuera a verla mi marido. «Kim Namjoon. Sargento de la Guardia Civil. Seoul Seongbuk Police Station». Desde un principio me sorprendió que aquel pasajero de mirada cautivadora fuese guardia civil. Demasiado elegante, más parecía un abogado con estilo o un ejecutivo de una gran multinacional. «¿Para qué narices podría necesitar la tarjeta de un guardia civil?»―pensé. No obstante, recordé algo que mi abuelo Pepe solía decir: «Hay que tener amigos en todas partes», y volví a guardar la tarjeta en mi bolso. Hice bien. 

En el taxi, de camino, rogué porque mi marido no se había marchado ya, realmente necesitaba echar un polvo. Jung Hoseok es un hombre dedicado en cuerpo y alma a la política, y estos últimos meses más todavía. Era candidato a la alcaldía de Torrevieja y se encontraba en precampaña electoral. Esas inminentes elecciones eran causa de preocupación y estrés para él, y por ende de ese bache en nuestra ya de por sí anodina vida sexual. La candidatura de mi marido exigía toda su dedicación, pero es que además, desde que la compañía para la que yo trabajaba había sido absorbida por otra, mi cuadrante era una locura. 

Pasaba días y días fuera de casa. Al llegar me encontré con nuestro nuevo jardinero que estaba cortando el césped. «Claro, es martes», me dije. Esa es una de las consecuencias de los vuelos transoceánicos, que una nunca sabe en qué día vive. Estaba encantada de tener jardinero. De hecho, el primer día que Kim Seokjin fue a trabajar juro que no me lo creía. Se parecía una barbaridad al buenorro del último anuncio de Dolce & Gabbana, incluso con un vaquero raído y una camiseta sucia no tenía desperdicio. Su semblante era escultural, sus brazos musculosos y sus abdominales debían ser.

«𝗕𝗧𝗦» 𝐃𝐈𝐑𝐓𝐘 & 𝐇𝐎𝐓 𝐒𝐇𝐎𝐓'𝐒 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora