𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑻𝒓𝒆𝒄𝒆

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Como lo prometido es deuda, aquí les va
su maratón 🥳 espero que 5 caps sean suficientes para ustedes, porque lo que a mí respecta me queme las pestañas para tenerlo listo cuanto antes.

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Poché.

—¿Vas a contarme qué demonios te ha ocurrido? —me pregunta Tyler.

«Me he enamorado de alguien que no me quiere».

Me estremezco al pensar eso.

Me pongo a descorrer las cortinas que ocultan las ventanas del Bonheur para dejar entrar los rayos del sol mientras intento encontrar qué decir.

—Nada —digo finalmente, mirando a Tyler.

Vaya mentira.

La noche más apasionada e impactante de mi vida reducida a una manida palabra. Si no estuviera ya en el infierno, ese vocablo me hubiera mandado de cabeza.

Él arquea una de sus cejas.

—Tienes unas ojeras tan profundas que parece que acabaras de venir de Europa y tuvieras jet-lag. En cuanto llegamos al club, te encerraste en el dormitorio. Te he oído llorar. No hace
falta ser un genio para darse cuenta de que has pasado la noche con esa cocinera de cuarta. Cuéntame que ha pasado.

—Llorar no significa nada. —Pero Dany no me ama. Sólo habíamos estado follando, y siento una pena tan profunda que no sé cómo soportarla.

—Ni siquiera lloraste cuando te enteraste de la muerte de tu madre y, ¿lo haces por esa idiota? Joder, Poché. Nunca me llamas a las ocho y media de la mañana a no ser que sea una
emergencia. Mientras te tomabas el café,
le eché un vistazo a la habitación de invitados. La cama estaba intacta. Dudo mucho que la haya usado alguien durante los últimos días.
Y sólo hay otra cama.—Tyler se cruza de brazos y me mira con irritación—. Teniendo en cuenta eso, que me hayas llamado justo después de amanecer es muy significativo. ¿Quieres decirme de una vez qué coño ha ocurrido

Tyler es demasiado observador.

—No.

—Has hecho el amor con ella.

Y había sido asombroso y brutal.

¿Para qué negar lo evidente?

Me acerco a la siguiente ventana y descorro las cortinas.

—¡Maldita sea! —dice con los dientes apretados —. ¿Te ha hecho daño?

—Tyler, déjalo ya.

—¡Ni hablar! Si te ha hecho daño, si te ha forzado de alguna manera, la descuartizaré…

—No. Las dos somos adultas y ambas consentimos, y no voy a decir nada más al respecto.

Atraviesa la estancia y me rodea con sus brazos. Lo cierto es que en este momento él es mi único amigo y sería muy fácil confiarle lo que siento. Pero no sería justo.

—No tienes que ser fuerte todo el tiempo —susurra él—. Cuéntame qué ha pasado. Yo te ayudaré en lo que pueda.

Le acaricio la mejilla con la mano.

—No puedes, pero te aprecio más de lo que
te imaginas.

Él suspira y me apreta entre sus brazos, apoyando su frente en la mía.

Sería muy fácil acostarme con Tyler para
intentar olvidar estos abrumadores sentimientos por Daniela, pero nunca me ha gustado ese tipo de juegos, no les veo sentido.

𝑫𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒐𝒔𝒂 𝑹𝒆𝒅𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐́𝒏 | 𝒞𝒶𝒸𝒽𝑒́ | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora