𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐

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Daniela enderezó la corbata de su perfecto traje de novia, y esperó junto al ventanal del Bonheur mientras el sol entraba a raudales por las ventanas aquel radiante mediodía de Noviembre. El olor a rosas y lirios flotaba en el aire, ligeramente empalagoso.

María José apareció en el pasillo al otro lado
de la estancia, estaba vestida de blanco y parecía etérea, elegante y muy nerviosa.

-¿Estás segura de que quieres seguir adelante? -le susurró Deke al oído.

Al otro lado de Daniela, Sadie, vestida de azul, apretó los labios.

Tenía muchas dudas, todavía la conmovía el tema del bebé, pero mientras esperaba junto al juez que María José llegara hasta ella, se dio cuenta de muchas cosas. Como esposas no sólo iban a tener que tratarse civilizadamente, como Poché le había exigido, sino que tendrían que vivir el día a día. Ajustar sus vidas, encontrar puntos en común, acostumbrarse a compartir espacio, prioridades y sentimientos. Convertirse en esposas y madres. Y para lograrlo, tendrían que confiar la una en la otra.

¿Serían capaces de lograrlo con un matrimonio que se basaba en una enorme mentira? Daniela tragó saliva.

En la primera fila, en los bancos reservados para los familiares de Daniela, estaban
sentados sus padres con las manos entrelazadas, todavía juntos después de casi cuarenta años
de convivencia.

Parecían inseguros, le habían dicho que
en un matrimonio eran tan importantes el compromiso y la obligación como la honestidad y la comunicación. María José y ella se casaban por obligación, pero aún les faltaba mucho para conseguir lo demás.

Cuando llamó a sus padres para decirles que
se casaría al cabo de seis días y les explicó sus razones, su madre había intentado disuadirla un par de veces. Pero ella se mantuvo inamovible.

Tenía que encontrar la manera de que aquello funcionara.

-Estoy segura -respondió a Deke con un susurro.

Detrás de sus padres estaba sentada su hermana con su respectiva familia y un puñado de tías, tíos y primos. Además estaban Kimber y sus dos hermanos, Logan y David, unos cuantos amigos de Daniela y varios colegas.

Su lado estaba lleno, y podría haber invitado aún a más gente. La parte de María José estaba casi vacía.

Tyler ocupaba un lugar en la segunda fila, tenía el ceño fruncido y una expresión tan siniestra que parecía que quisiera matar a alguien.

Que aquel hombre no hubiera intentado impedir el matrimonio y exigido sus legítimos derechos, o incluso que no hubiera solicitado una prueba de paternidad, la había dejado perpleja. Quizá Poché le hubiera pedido que
se mantuviera al margen, y el orgullo impedía que Tyler luchara por ella. Incluso así, Daniela no comprendía que fuera capaz de contenerse, ella no lo habría logrado. No obstante, quizá Tyler no quisiera cargar con la responsabilidad que suponía un bebé.

Jack y Morgan Cole estaban sentados detrás
del guardaespaldas. Había más personal del
club y del restaurante ocupando sitios sueltos aquí y allá, pero la primera fila, reservada para la familia, estaba vacía.

Hasta ese momento, no se había preguntado
si asistiría la familia de Poché. Que no hubiera ido nadie la había entristecido. En el hospital, después del ataque, Tyler afirmó que ella no tenía familia.

¿Sería verdad? ¿No tendría realmente ningún pariente que le importara lo suficiente como para pedirle que la acompañara en el día de
su boda?

Daniela se giró y miró a su novia fijamente. Santo Dios, resultaba extraño. Poché era una novia preciosa. Llevaba el pelo suelto sobre los hombros, unos pendientes de perlas, y un velo de tul adornado con brillantes abalorios le caía suavemente por la espalda hasta las caderas.
El vestido era muy sencillo, de manga larga y con un escote en V que acababa justo donde empezaban los pechos, a los que el corpiño de seda se amoldaba a la perfección. Tenía algunos abalorios más en la cintura, desde allí la falda caía en cascada hasta cubrirle los pies. En las manos llevaba un pequeño ramillete de capullos de rosa del mismo tono rojo que su lápiz de labios.

𝑫𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒐𝒔𝒂 𝑹𝒆𝒅𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐́𝒏 | 𝒞𝒶𝒸𝒽𝑒́ | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora