𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑸𝒖𝒊𝒏𝒄𝒆

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Poché.

Poco después de medianoche, las puertas
del Bonheur cerraron y con ello se me quita
un peso de encima. La velada resultó un éxito rotundo y todos los asistentes habían dicho
que la comida y el servicio estuvieron espectaculares.

Todo había ido sobre ruedas y pienso, por fin, que tengo un futuro que no implica desnudarme ante desconocidos. Las cosas no pueden ir mejor.

Si no fuera por haber tenido que observar a Dany con Deke y Kimber.

Es demasiado obvio que la sexy Chef todavía siente algo por la hermosa esposa de su primo. La había abrazado y la había mirado a los ojos.

No había parecido nada sexual, pero estaban
en público. Y se supone que Deke ya no la comparte, pero aún así, presenciar aquel abrazo me había enervado.

¿Será Kimber la razón por la que Daniela no puede ofrecerme más?

—¿Estás lista para marcharnos? — me pregunta Tyler, revoloteando a mi alrededor como lo ha hecho durante toda la noche.

—Yo la llevaré a casa —dice Dany, apareciendo detrás de mí.

—Es mi trabajo. —Tyler cruza los brazos y pone una expresión petulante.

Daniela lo ignora y me mira con solemnidad.

—Me gustaría llevarte a casa. Tenemos que hablar—vacilo, pero ella presiona—Por favor…

¿Qué querrá ahora? Si me voy con ella me
arriesgo a sentir más angustia, pero si me
niego, siempre me quedaría la incógnita.

¿Y si lo único que quiere es continuar con la discusión de esta tarde? O quizá quiere volver
a tener sexo. Me estremezco. Yo también quiero, pero...

—Bueno—Evito mirar a Tyler—He recogido tus cosas, están en el vestíbulo de mi casa. Homer te espera.

Entonces, miro a Tyler sonreír y también observo el dolor en la cara de ella, pero en beneficio de mi propia cordura es mejor que Daniela se aloje en el hotel de Homer, aunque debí habérselo dicho cuando estuviéramos a solas.

—Genial —dice ella.

—¿Estás segura de que quieres ir con ella? —pregunta Tyler, que está buscando cualquier excusa para sustituir a Dany—Puedo seguirlas para asegurarme de que no te causa problemas.

—Es una chef, no un violador en serie —le respondo, lanzándole una mirada práctica— Estaré bien, mañana hablamos.

Tyler frunce el ceño, se acerca más e intenta abrazarme, pero Daniela es más rápida y se adelanta, rodeándome la cintura con un brazo.

Decido ignorar la expresión del guardaespaldas.

Una vez afuera, cierro las puertas del restaurante y dejo que Dany me conduce hasta su 4x4. Ella mantiene su mano en mi cintura, volviendo mis rodillas gelatinas.

Cuando ya estamos en camino y el aire fresco
de la noche alborota mi pelo, miro a la mujer que va a mi lado.

—Vamos, suéltalo de una vez. ¿De qué quieres hablar?

—De todo.

Tengo la molesta sospecha de que ella va a  intentar convencerme para que la deje meterse de nuevo en mi cama, y en lo que a ella se refiere, soy débil.

Aunque deberían darme un premio por
enfrentarme a ella y tener esta conversación.
No sé qué decir, pues admitir que albergo profundos sentimientos sólo me conduciría
a acabar desnuda y entrelazada con ella.

𝑫𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒐𝒔𝒂 𝑹𝒆𝒅𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐́𝒏 | 𝒞𝒶𝒸𝒽𝑒́ | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora