𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑫𝒊𝒆𝒄𝒊𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆

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5/5

Daniela.

Me giro y me hundo en una cama muy confortable.

Un olor muy agradable, como a melocotones y a canela «Mmm…» inundó mis fosas nasales. A mi lado un cálido cuerpo femenino, relajado como sólo permite la confianza absoluta.

Muevo la mano tentativamente y encuentro  una exuberante cadera bajo los dedos.

Mi erección matutina me exige mucho más.
Abro los ojos y observo las paredes blancas, las cortinas suaves, las sombras de la mañana, la suave y rítmica respiración de la mujer que me acompaña.

Poché. Al instante, me tenso de deseo, ansiedad y confusión.

¿Qué demonios había ocurrido el día anterior? Cuando me desperté, después de haber tenido la más increíble noche de sexo de toda vida, me di cuenta de que Poché no estaba conmigo en la cama. Ella no respondía a mis llamadas al móvil y me sentía cada vez más inquieta, cuando un poco después la encontré en el Bonheur, ella estaba entre los brazos de Tyler, y sentí tantos celos que comencé a ver rojo.

Hay varias razones por las que no entendí mi propia reacción; la principal era porque no le había mentido a Poché cuando le dije que creía
improbable que se hubiera acostado con Tyler. Me había llevado mi tiempo llegar a esa conclusión, pero sabía que era verdad.

Poché es demasiado ambiciosa para arriesgar
el éxito del Bonheur por un polvo.

No es que eso me proporcione un gran alivio, pues dudo mucho que la relación que tienen ellos sea platónica. Pero tampoco es probable que si no estuviera aquí, el gorila ocuparía mi lugar, aunque es algo que puede ocurrir cualquier otro día.

Intento ignorar la imagen que aparece en
mi mente mientras apreto a Poché contra mi cuerpo. Lo que no logro comprender es por
qué me importa tanto con quién se acuesta ella.

Recuerdo todas las relaciones que he tenido durante los últimos seis años —la mayoría a
tres bandas —, y jamás sentí deseos de agarrar
a la chica y reservarla para mi sola. Y ahora,
sin embargo, es un impulso incontenible.

«Los celos sólo aparecen cuando se tienen sentimientos hacia una mujer».

Deke había hablado de sentimientos y sólo
tengo unos días para averiguar qué hacer
con ellos.

Anoche, ella estuvo distante de mí, había notado la distancia que interpuso entre nosotras. Esa realidad me hizo sentir un pánico irrefrenable que no comprendía.

Es probable que no vuelva a ver a Poché después de esta semana.¿Por qué dejarla entrar en mi vida cuando no tiene cabida en el futuro que he imaginado?Ni su aspecto ni su manera de comportarse encajan en lo que espero de una madre para mis hijos; desde luego, la mía nunca había sido así. Y si continúo adelante con mis planes de recurrir a la medicina para tener
un hijo, o aunque acudamos a un banco de esperma, y ella logre quedar embarazada sería un suicidio profesional.

Sí, vale, también es la propietaria del Bonheur
y puede hacerse cargo del restaurante estando embarazada… Pero seguirá pasando mucho tiempo en «Las sirenas sexys».

Además, la fecundación in vitro no es precisamente lo que se me viene a la cabeza cuando la tengo delante y ésa es mi única alternativa para tener mi propia familia.

Pero, al mismo tiempo, necesito follar con ella para no volverme loca. Para que cuando vuelva a Texas, pueda centrarme en Emily, y en mis propósitos.

El problema es que, en realidad, me gusta Poché, como mujer y como persona y lo que hay entre nosotras no es sólo sexo. Peor aún, anoche había sentido un extraño placer al encargarme de ella.

𝑫𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒐𝒔𝒂 𝑹𝒆𝒅𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐́𝒏 | 𝒞𝒶𝒸𝒽𝑒́ | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora