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— Zahra! Date prisa o cambiaré de idea. — Grito a mi hermana.

Ayer cumplí 18 años y hoy voy a salir con mi hermana a celebrarlo.

Yo no quiero ir pero se que ella ha estado ahorrando dinero para ir a comer a un restaurante de lujo y no me podía negar más.

— Que si que si. Ahora voy! — Responde ella.

Me imagino que se estará retocando el maquillaje.

Ella y yo somos tan diferentes. Ella es la pequeña y la chulería que me lleva... mientras yo, parezco una vieja sin vida social.

Abro los ojos al verla bajar de las escaleras.

— Anda, pareces más la cumpleañera que yo.

— Tu tranqui,que en mi decimo sexto cumple, vas a flipar.

— Va cállate ya por favor. — Le digo mientras me río.

****

— Buenas noches señoritas. ¿Tienen reserva? — pregunta uno de los encargados del restaurante, muy bien vestido y sujeta una carta. Supongo que es la lista de reservas que tendrán.

— Sí. Azraa Saed y Fatima Zahra Saed. — Responde mi hermana.

— Adelante. — Dice el encargado. — Enseguida mi compañera os guiará hacia vuestra mesa.

— Gracias. — Le agradezco.

Enseguida se acerca una chica con aspecto de ser mora.

— Assalamu alaikum. Soy Rania. — Nos saluda y le devolvemos el saludo. — Vuestra mesa será la que está al lado de las ventanas. Hay unas vistas muy preciosas.

— Muchas gracias Rania. — Le lanzo una sonrisa. — Yo soy Azraa y ella es mi hermana Fatima Zahra.

— Encantada. — Dice Rania.

— Bueno, en un rato os vengo a atender. Tenéis las cartas en las mesas ya.

— De acuerdo. Gracias. — Le agradece Zahra.

Nos sentamos en la mesa que nos ha indicado la rubia y empezamos a mirar la carta.

— Que te vas a pedir? — Le pregunto a Zahra.

— No sé. Es que... me gustaría comer el cangrejo pero no me quiero ensuciar la ropa. Ya sabes como soy... — Tiene razón. Ella y yo somos iguales. Siempre que comemos muy arreglados, nos acabamos manchando la ropa.

— No pasa nada. Nos lo cogemos. Y vamos a tener cuidado. — Le intento convencer. — Haz lo que te hace feliz.

— Vale va. De una.

Por finnnn.

Unos minutos después, aparece Rania, yo y Zahra pedimos lo mismo.

Llega nuestro buffet después de casi 25 minutos.

— Azraa, mira hacia delante. Creo que es... — Me comenta Zahra muy emocionada.

Levanto la cabeza y solo veo a una familia delante nuestra con dos gemelos divirtiéndose a carcajadas.

— Y?... Solo veo a una simple familia. — Le respondo muy sosa.

— Nooo chica. No es una simple família. Ves a ese rubio con mechas de color marrón claro? Ese es un famoso jugador de básquet. Se llama Adam y el rubio en sí, es su hermano gemelo Abdel. No es deportista pero es un famoso empresario por su pasión al marketing. De hecho, es quien dirige todo lo público de su hermano. — Suelta Zahra.

Me quedo boquiabierta.

— ¿Cómo sabes toda esa información? — Pregunto muy curiosa.

— Porque soy muy fan suyo.

— Ahh, ya veo. — Digo muy poco convencida.

— Mira! Te está mirando Abdel.

— No grites loca. — Le susurro. Levanto la mirada y es verdad. — Mejor acaba rápido y nos vamos. Voy a pagar la cuenta. — Ella me da su tarjeta de débito. Que incomodo es comer mientras te observan. No me gusta que me miren tanto.

Llego a la caja.

— Perdón, puede... — empiezo a hablar pero una voz masculina muy cálida.

— Quiero pagar la cuenta. — Me giro hacia mi brazo derecho y veo a uno de los gemelos. No se si es el Abdel o el tal... Adnan? Ya ni me acuerdo del nombre.

— Perdon. LLegue yo primera. — Me quejo al joven.

Noto su mirada en mi. Cruza sus ojos verdes olivas a las mias que en cambio, las tengo de color marrón miel.

— Dejame corregirte, llegamos los dos a la vez. — Dice mientras sonríe. No sabré decir si es una sonrisa sarcástica o burlona. Estos tipos de personas, normalmente ni me dirigirían la palabra por no ser de su "alta sociedad" — Va, te dejo pagar primera. Porque soy un caballero.

Eso último comentario sobraba. No lo conozco, pero siempre hay primeras impresiones de la gente. No digo nada y pago la cuenta.

— Soy Abdel. — Se presenta justo cuando me marchaba.

— Ya. Ya lo sé. — Hago una pausa y noto su una mirada de curiosidad en sus ojos y rápidamente añado otra cosa para que no piense otra cosa. — Lo digo porque mi hermana pequeña es fan de tu gemelo. Yo soy Azraa. — Dicho esto, me giro y me voy.

Qué incómodo. Aunque el chico es bastante guapo.

Suspiro al llegar a nuestra mesa.

— Que ha pasado entre tu y Abdel? — Me lanza una sonrisa burlona.

— No seas mal pensada. — Le tiro un papel que tenía en la mano.

— Yo no diría lo mismo. — Dice y señala la mesa de Abdel con la cabeza.

Levanto la cabeza y veo que Abdel me está mirando de nuevo.

Le lanzo una sonrisa boba, noto que mi corazón late muy rapido. Sus ojos me ponen de los nervios. Mi hermana me interrumpe.

— Tierra llamando a Azraa. — Pasa su mano por mi cara intentando llamar mi atención.

— Perdón, estaba distraída.

— Yaaaa. Anda levántate y nos vamos.


31/05/2024

Mi alma en el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora