DE NOMBRE ARLINE
Nada más asegurarse de que Victoria había desaparecido definitivamente de su vista, la asustada niña pelirroja dejó atrás todo su temor y nerviosismo y se atrevió a incorporarse para socorrer con preocupación a su compañera, a pesar de que esta era mucho mayor que ella, que seguía buscando una inestable sujeción en el cuadro que se balanceaba por la pared.
— Tranquila, tranquila, estoy bien... -trató de calmarla, resbalando su espalda por el ladrillo lentamente hasta que logró sentarse en el suelo, manteniendo un semblante relajado que contrastaba totalmente con el aspecto de su magullado rostro.
— Pero estás sangrando... -tomó su mandíbula con sus pequeñas manos pecosas para revisarla, sintiendo una gran culpabilidad al saber que se encontraba en esa situación por haberla salvado a ella, otra vez.
— No pasa nada, mira -sin muchos ánimos ni fuerzas, pero sin dejar que la falsa pero dulce sonrisa desapareciera de sus labios, acercó un trozo de tela de la pomposa falda de su vestido y lo pasó por el arañazo, consiguiendo limpiar la sangre superficial sin mucho esfuerzo al no ser un corte demasiado hondo, solo quedando una fina y rojiza marca que desaparecería en cuestión de días- ya está, ¿ves?, ya no me duele.
— ... -la menor observó cada movimiento con atención y, cuando Lilian la miró con aquel gesto tan reconfortante que solo ella sabía hacer, no pudo evitar soltar un largo suspiro que fue inmediatamente seguido por un llanto lleno de desasosiego, apoyando su frente en las piernas de la otra mientras se aferraba a su vestido- ¡lo siento, lo siento mucho, yo de verdad no sabía que había alguien en esa habitación!
— Lo sé...
— ¡Si lo hubiera sabido nunca hubiera entrado, y Victoria no me hubiera regañado, y tú nunca hubieras salido herida por mi culpa!, ¡soy la peor persona del mundo!
— Lora, ya basta -posó sus manos sobre los rechonchos mofletes de la muchacha para obligarle a levantarse un poco, pudiendo así mirarla con sinceridad y secar las lágrimas que brotaban sin cesar con sus pulgares- esa mujer busca cualquier excusa para desquitarse con nosotras, tú solo intenta tener más cuidado la próxima vez, ¿de acuerdo? -asintió, sorbiendo por la nariz e hipando algo más tranquila al no ser considerada la única responsable de lo sucedido pero todavía sintiendo ese nudo en la garganta que le recordaba la desagradable escena que acababa de presenciar ante sus claros ojos sin siquiera ser capaz de actuar.
— ... -aún con las respiración agitada, bajó su vista hacia el estómago de la castaña, que se mantenía sentada y acariciando sus cabellos anaranjados y ondulados con cariño y delicadeza- ¿... el bebé estará bien...? -se atrevió a preguntar con la voz temblorosa, dirigiendo sus dedos hacia la zona como si pudiera sentir al embrión que crecía en su interior de alguna forma.
— Claro que lo está, seguro que es muy fuerte, igual que tú.
— Yo no soy fuerte...
— Sí lo eres, desde que llegué aquí me has demostrado ser la más valiente de todas las prost... chicas de Victoria.
— ... -Lora se quedó cabizbaja unos segundos, sin estar del todo de acuerdo con sus palabras pero sabiendo que no merecía la pena rebatirlo, porque si de algo de caracterizaba esa mujer era de su carácter decidido y de sus testarudas opiniones que ni un intenso terremoto sería capaz de destruir- ... ¿por qué tuviste que venir aquí?, no mereces una vida así, eres tan buena...
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Entre tu lugar y el mío
RomanceUn inocente bailarín de palacio conoce a una joven invitada en una de sus fiestas. ¿Qué hay más allá de las paredes del castillo?, ¿cómo de fácil es enamorarse siendo un esclavo?