Roomies

Capitulo 35

Todos esperaban en silencio la llegada de la rubia. Hacia unos quince minutos que Temari le escribio a Ino que sus clases terminaron, por lo que en el departamento se apresuraron a terminar los ultimos detalles para la celebracion de la chica.

No era algo muy grande, era lo mismo para el cumpleaños de todos, decoraban con serpentinas y algunos globos, alguno hacia un postre o lo compraban entre todos, esperaban a que estuvieran todos en el departamento y cantaban el ''cumpleaños feliz''. Luego ponian musica o sacaban algun juego de mesa y se entretenian hasta que el sueño les ganara. Y aquel dia no era la excepcion.

Mientras tanto, Temari estaba a un par de calles, jugando con el dije de su nuevo collar. Una delicada cadena plateada con un pequeño reloj de arena. Habia sido un regalo de cumpleaños de parte de Shikamaru, quien se lo habia dado en la madrugada luego de su charla, y ella decidio ponerselo de una vez. Pero no fue lo unico que recibio, Ino le compro un ramo de rosas del desierto y le habia explicado que simbolizaban optimismo y vivacidad; Sakura y Hinata la invitaron a desayunar fuera del departamento y le compraron una taza de mango picado, pancakes con miel, huevos revueltos y un cafe con leche; Naruto y Sasuke le llevaron galletas a medio dia, y Sai le habia dado un cuaderno con un dibujo de ella en la portada.

Sus padres y sus hermanos la habian llamado temprano y la habian felicitado, luego su tio y el resto de su familia le fueron escribiendo a lo largo del dia, y si bien era cierto que se moria de ganas de pasar el dia con ellos, el no hacerlo resultaba menos triste de lo que pensaba en un principio. Termino de convencerse de ello cuando abrio la puerta, se encendieron las luces del departamento y sus roomies la recibieron al grito.

-¡Sorpresa!

Y mientras les daba las gracias y se sentaban frente a la torta hecha por Sasuke y Juugo para cantar el ''cumpleaños feliz'', Temari no pudo evitar pensar que el hecho de que hubiera disfrutado verdaderamente de ese dia, era debido a ellos, a esos compañeros que se volvieron amigos y que le sacaban sonrisas sin intentarlo.