Capitulo 38

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Habia algo casi atrapante en Ino, decidio Sai cuando la vio jugar tenis con Temari. Ni siquiera era la forma en la que su cabello caia de su coleta como una cascada de oro, tampoco como sus ojos azules brillaban por el sol hasta asemejarse a gemas, aunque quizas eso influyera.

Pero Sai pensaba seriamente que tenia mas que ver con la forma en la que su sonrisa se extendia por su rostro cuando lograba hacer un punto, como sus cejas se fruncian cuando no alcanzaba la pelota, la manera en la que saltaba de emocion cuando le ganaba a Temari y como agachaba la mirada al suelo cuando era la otra rubia quien ganaba.

Ino era guapa. No era un pensamiento subjetivo, era algo obvio, era una chica esteticamente linda. Rubia, ojos azules, piel clara y figura saludable. Si, en definitiva resultaba atractiva, fisicamente hablando.

Pero eso no era ni de cerca lo que hacia que Sai le pidiera ser su modelo (a pesar de que eso le hubiera dicho), ni el motivo por el que le gustara pasar el tiempo con ella. 

Era porque su sonrisa era sincera, porque demostraba sus emociones sin importar cuales eran, porque sus ojos brillaban cuando hablaba de las cosas que le importaban, por la forma en la que encontraba el modo de aligerar un ambiente incomodo con una facilidad envidiable.

Sai creia firmemente que las personas eran como el sistema solar. Estaban aquellos que giraban alrededor de otros y aquellos alrededor de quienes giraban. Siendo asi, Ino seria Saturno y Sai una de las miles de lunas.

Ino guiaba conversaciones por el rumbo que quisiera y se rodeaba de personas interesadas en tener solo un momento de charla con ella. Sai estaba al margen, le costaba socializar y se quedaba junto a sus conocidos.

Ino era el Sol que iluminaba todo con un brillo cegador y Sai temia que en algun momento, esa a la que consideraba tan buena amiga, se diera cuenta de que el Sol no tenia porque juntarse con personas que no brillaban a su nivel.

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