-Ryan-

Me encanta cuando empieza el instituto de nuevo: gente nueva, chicas nuevas. Y en este caso, Emily. Esa chica de biología, guapa, nerd y contestona.

Los chavales y yo tenemos un trato: cada vez que hay una chica nueva de nuestro curso, tengo que salir con ella al menos una semana. He salido con todas las del curso. Algunas siguen enamoradas de mí, otras me odian, pero me da igual; solo son chicas, y todas iguales.

—Ryan, esta te va a costar, ¿eh? Ninguna te había contestado así antes —me dice John.

La vemos alejarse con su mochila de Vans y un paso rápido; parece que tiene prisa.

—Lo sé, hermano, lo sé, pero lo voy a conseguir, y la verdad es que no está nada mal —le respondo.

—Ya la he visto, tengo ojos —se ríe—. Pero, ¿te ha caído bien? A mí me ha parecido bastante borde.

—Nah, solo es una chica que se hace la difícil, pero verás que no va a tardar; no se podrá resistir a mí —le respondo riéndome.

Se ríe conmigo y asiente. Nos despedimos y yo me dirijo hacia mi casa, que está a 6 minutos andando. Mientras estoy de camino, me pongo a pensar en las cosas que tengo que hacer esta tarde. Hoy es jueves, así que no tengo entrenamiento. Solo tengo que hacer unos deberes de inglés, así que me tomaré el día para bañarme un rato en la piscina, ya que aún hace buen tiempo.

Ya he llegado a mi casa, mi pequeño hogar. Aquí solo vivimos mi padre y yo, ya que mi madre murió cuando yo era pequeño. Es la única mujer que de verdad amé, bueno, al menos el poco tiempo que estuvo conmigo. Cuando ella murió, nos mudamos a mi actual casa, una casa muy pequeña, pero cabemos perfectamente. Estamos mi padre Andrew, yo y mi perro Basket.

Subo a mi habitación a dejar la mochila y a ponerme el bañador. Cojo el libro que estoy leyendo y lo meto en la mochila junto a la toalla. Voy rápidamente a la cocina para coger algo de merendar; esta vez elijo un paquete de Reese's y un batido de chocolate. Salgo de mi casa y voy a la piscina municipal de la urbanización en la que vivo.

Cuando entro, veo que no hay mucha gente. Hay una abuela con su nieta, una pareja de unos 25 años y... no puede ser. Emily. Está en todas partes. Si la veo hasta en la piscina, me va a coger más manía aún. Voy a pasar de ella; no quiero saber nada en ratos que no son del colegio. Así que me voy a la tumbona en la que siempre me acuesto. La muevo de debajo de la sombrilla y la pongo bajo el sol. Saco mi toalla de la mochila y la coloco sobre la tumbona. Agarro el libro y lo pongo en una mesita que hay junto a la tumbona. Me quito la camiseta y me acerco a la piscina. Toco el agua con un pie y está bastante buena. Me pongo en el borde de la piscina y me tiro de cabeza. Me paso un rato nadando en el agua y luego salgo de la piscina para tomar el sol un rato. Voy a relajarme un poco; luego leeré.

-Emily-

Estoy en la piscina de la urbanización tomando el sol. Hace muy buen tiempo, así que hay que aprovecharlo. Oigo la puerta de la piscina abrirse; hace mucho ruido, así que miro en su dirección y me encuentro con Ryan. ¿Vive en esta urbanización? Qué fastidio. Espero que no me vea... tarde, ya me ha visto. Aparto la mirada rápidamente. No quiero que venga y me diga algo; es mi rato de relajación.

Me tranquilizo cuando le veo irse a la otra esquina de la piscina, donde pone una toalla y un libro encima de una tumbona. ¿Le gusta leer? No parece el típico al que le gusta leer. Se supone que es el malote del instituto. Bueno, tiene sus debilidades. Intento fijarme en el libro que trae, y lo consigo: se está leyendo "El príncipe cruel". He leído esa trilogía, y es mi favorita. Dejo de mirar el libro y lo miro a él. Se ha tirado de cabeza a la piscina.

Lleva un rato nadando de un lado al otro, sin parar, hasta que sale y se tumba en la tumbona. Yo estoy en la piscina desde que salí del instituto, así que recojo todas mis cosas y me dirijo hacia mi nueva casa. Aún tengo que hacer los deberes de inglés, ducharme y también me quedaré leyendo.

Ya he llegado a casa. Cojo el pijama del armario y me voy al baño para darme una buena ducha. La enciendo y pongo el agua caliente; tarda un poco en calentarse, así que mientras tanto, pongo el altavoz con música a tope y canto a todo pulmón. Cuando salgo de la ducha, me acuerdo de que ya he cumplido dos puntos de la lista, así que cojo el papel en el que lo escribí y los tacho.

            ✅🔹Hacer amigos en el instituto
            ✅🔹Decorar mi habitación a lo vintage
                 🔹Apuntarme a alguna extraescolar
                 🔹Buscar una escuela de baile
                 🔹Sacar buenas notas
                 🔹Acabar de ver Heartstopper
                 🔹Acabar mi lectura actual

Ya está, tachado.

Cuando estoy haciendo los deberes, mi madre me grita desde la cocina y que me hace pegar un salto del susto que me ha pegado.

—¡Em, ven a cenar! —grita.

—¡Voy, mamá!

Me pongo mis zapatillas de estar por casa y me dirijo a la cocina, donde mi madre ya está sentada a la mesa. Ha preparado macarrones con mucho queso por encima, me encanta. Me siento frente a ella y empezamos a comer.

—¿Qué tal te ha ido el primer día de clase? —me pregunta mi madre.

—Bastante bien, he hecho amigos, y bueno, me he peleado con un grupito, pero no te preocupes, todo bien.

—¿Has peleado a puños o a palabras? —pregunta.

—A palabras, mamá —respondo.

—Bueno, mejor, pero intenta no meterte en peleas, que eres nueva, no quiero que el primer día ya te llamen la atención —dice—. ¿Y por qué ha sido?

—Uno de ellos, que se llama Ryan, soltó un comentario sobre mí en clase y se puso a hablar mal de mí sin conocerme por todo el instituto —digo—. Pero me da igual, no puedo caerles bien a todos.

—Ya, cariño, pero mejor si no le caes mal a nadie, así tendrás paz —expone.

—Lo sé —digo—. ¿Y tú, qué tal tu día? —le pregunto a mi madre.

—Pues muy bien, cariño. He conocido a un hombre muy majo que me ha enseñado las instalaciones de la empresa, y todo ha ido bastante bien —dice.

—Pues bien, mamá, me alegro. ¿Y cómo se llama ese hombre? —pregunto por curiosidad.

—Andrew Miller, es uno de los jefes de la empresa —dice.

Asiento y seguimos comiendo. Cuando terminamos de cenar, nos vamos al sofá a ver una película juntas. Elegimos "El rey león", la hemos visto miles de veces, pero nos encanta.

Mientras vemos la película, me quedo pensando en cómo será el día de mañana. Ryan me advirtió de que tenga cuidado con él, pero hoy en la piscina parecía un niño de 5 años; ni me miró. Sé que me vio porque, nada más entrar a la piscina, me miró durante medio segundo, pero no me dijo nada. Creo que es el típico que se hace el chulo en el instituto, pero luego va solo y se acobarda.

Bueno, ya veremos cómo lo pasamos mañana y espero no encontrármelo mucho, porque si me dice algo más, él será el que sufrirá las consecuencias.

¿Me odias o me besas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora