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-Emily-

El sol finalmente se oculta detrás del horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras. Ryan y yo seguimos abrazados, sintiendo el calor del día desvanecerse mientras la frescura de la noche comienza a envolvernos. El aire se llena de un silencio tranquilo, interrumpido solo por el susurro de las hojas y el canto lejano de los grillos.

Levanto la cabeza de su pecho y le miro, sus ojos reflejando una mezcla de felicidad y preocupación. Sé que está pensando lo mismo que yo. Hemos cruzado una línea, una línea que podría cambiarlo todo.

—Ryan, ¿qué vamos a hacer? —susurro, mi voz temblando ligeramente.

Tomo su mano y la aprieto suavemente, buscando las palabras adecuadas.

—No lo sé, Emily. Pero lo que sí sé es que no puedo ignorar lo que siento por ti. Este momento... este sentimiento... es real.

Asiento, sus ojos brillando con determinación.

—No quiero perder esto, Ryan, quiero estar contigo.

Me acerco más a el, tratando de transmitirle toda la seguridad que puedo. Pero en el fondo, la incertidumbre se arremolina como una tormenta. Nuestros padres no lo entenderán. No comprenderán que lo que sentimos no tiene nada que ver con nuestra relación como hermanastros. Para ellos, será una traición, una complicación innecesaria.

—Tal vez deberíamos hablar con ellos —sugiere Ryan, su voz más fuerte ahora, más segura.

Siento una punzada de miedo ante la idea. Imaginar sus reacciones, su decepción, su enfado... Pero tiene razón. No podemos ocultar lo que sentimos frente a ellos. Si realmente queremos estar juntos, tendremos que enfrentarlo.

—De acuerdo —digo finalmente, mi voz firme a pesar de mis dudas—. Hablaremos con ellos. Juntos.

Él sonríe, y en ese momento, siento una oleada de esperanza. No será fácil, pero por él, por nosotros, vale la pena intentarlo.

Nos quedamos así, abrazados, observando cómo las estrellas comienzan a brillar en el cielo nocturno. La noche está llena de promesas y desafíos, pero por primera vez en mucho tiempo, siento que no importa lo que venga, mientras estemos juntos, podremos enfrentarlo.

—Vamos a casa —dice Ryan, ofreciéndome la mano.

La tomo, y juntos comenzamos a caminar de regreso, listos para enfrentar a nuestros padres, por nuestros sentimientos, por nosotros.

🪷

Estamos a punto de llegar, y llevo todo el camino pensando como se lo vamos a decir, estoy segura que van a reaccionar de mala manera, no se lo van a esperar. Ryan y yo siempre nos hemos llevado mal, y que ahora estemos enamorados, no les va a gustar nada, pero si hace falta ocultarlo pues lo ocultamos, lo que sé, es que quiero estar con Ryan, no me importan las consecuencias.

—¿Estás pensando en lo mismo que yo, verdad?.- me pregunta Ryan.

Asiento.

—No se como lo vamos a hacer.- digo.- pero por favor, aunque no nos dejen, qué es lo más posible, lo podemos ocultar, ¿no?.- suplico.

—Si, claro que si Emily, yo quiero y necesito estar contigo.- dice.

Sonrío.

—Bueno lo de la relación falsa se ha vuelto una realidad eh.- rio.

—Si, y me alegro de que lo hayamos empezado, si no, creo que no me habría dado cuenta de lo increíble que eres.

Es tan mono. No me creo que él sea el malote del instituto, si es un osito de peluche.

Ya hemos llegado, el coche de Andrew está aparcado, así que significa que están en casa. Estoy un poco nerviosa por la reacción que puedan tener. Haber, no nos van a asesinar, ni a gritar, creo. Pero si se que no nos van a dejar estar juntos como pareja, porque somos hermanastros, entiendo que no nos vayan a dejar, pero si es lo que queremos deberían respetar nuestra decisión. Pero conozco a mamá, y se que nunca me dejaría, y de momento, lo poco que conozco a Andrew, el tampoco nos dejará.

Aparcamos el coche, salimos de él y entramos a casa. Se escuchan voces en la cocina, así que deben estar ahí.
Ryan y yo nos miramos antes de dirigirnos a la cocina. Damos un suspiro y caminamos hasta la cocina.
Cuando entramos, nuestros padres sienten nuestra presencia y nos miran sonrientes.

—¡Hola chicos!, ¿dónde estabais?.- pregunta mi madre.

—Hemos ido a ver el atardecer en la montaña de siempre.- le responde Ryan.

—¿De siempre?.- pregunto mirando a Ryan.

—Si, esque desde que su madre murió íbamos casi todos los días allí, es donde ella murió.- me responde Andrew.- es un sitio muy especial para nosotros.

Asiento.

—Bueno, ¿y qué tal ha ido?.- pregunta mamá.

—Pues, muy bien.- respondo.- Ryan ha preparado un picnic precioso, y hemos visto el atarder.- digo.- Os queríamos decir algo también.

—¿El que?.- preguntan nuestros padres al unísono.

—Pues haber, el lunes, en la cena, cuando nos fuimos pues hicimos un acuerdo para tener una relación falsa, pero solo fuera de casa.- dice Ryan.- lo hicimos porque bueno, yo y mis amigos del instituto tenemos como una apuesta, y es de que tengo que conquistar a cada una de las chicas que hay en el curso, y Emily era la última, asique le pedí el favor a cambio de dejar de molestarla y burlarme de ella.- respira.- aceptó, y desde el martes estamos en una relación falsa, y nos hemos cogido mucho cariño. Hasta llegar al punto de....- se queda en silencio.- me he enamorado de ella, y ella de mí. Os lo queríamos contar porque ya sabemos que somos hermanastros, pero queremos seguir en esta relación, pero que ya no sea falsa.

No dicen nada. Hablad, por favor, decid algo.- pienso.

—No se que deciros, chicos, esto no me lo esperaba.- dice mi madre.

—Yo sí sé que decir.- dice Andrew.- No podéis estar juntos, ni de broma, sois hermanastros.

—Ya papá, pero no somos de la misma sangre, solo vivimos juntos, no pasa nada.- dice Ryan.

—No me vais a convencer, así que id olvidándoos de salir juntos.- dice.- sois hermanastros, podéis pasar tiempo juntos, pero como familia.- sigue.- ah, y como os vea besaros sufriréis las consecuencias.

Ryan y yo suspiramos.

—Pero papá...

—Papá nada, no, y punto.

Miro a mi madre con cara de pena. Ella me mira de vuelta.

—No sé cariño, yo no lo veo.- me dice mi madre mirándome.

—Sophia, no, no les vamos a dejar, son familia.- salta Andrew.

Ryan y yo nos vamos a la planta de arriba, muy indignados, pero sabemos que caso no les vamos a hacer.

—Me da igual lo que nos digan.- dice Ryan cuando cerramos la puerta de la habitación al entrar.- Te quiero Emily.

—Y yo, Ryan.- respondo.

Después de esas palabras, Ryan se lanza y me da un beso apasionado, yo se lo sigo.

Me duele saber que no nos dejen estar juntos, pero lo vamos a ocultar cuando estemos en casa. En el instituto no lo vamos a ocultar, faltaría más, suficiente que lo hacemos en casa. Nosotros preferimos que sea público, es mejor.

Cómo hemos llegado tarde a casa, y ya hemos picado algo en el picnic. Asique nos ponemos el pijama, los dos en la habitación, porque la vergüenza ya ha desaparecido, y nos vamos a la cama.

¿Me odias o me besas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora