-Emily-
Llegamos a casa después de un largo paseo por el parque. El día había sido relajante hasta ahora, pero una ligera tensión había comenzado a formarse durante el camino de vuelta. Al cerrar la puerta detrás de nosotros, siento que la atmósfera cambia ligeramente.
—Voy a preparar algo de beber —digo, dirigiéndome a la cocina.
Él asiente y se sienta en el sofá, encendiendo la televisión. Mientras preparo las bebidas, no puedo dejar de pensar en la conversación que tuvimos antes de regresar. Decido retomarla.
—Oye, acerca de lo que mencionaste en el parque sobre la fiesta en casa de John—digo, tratando de mantener un tono casual.
Él frunce el ceño, apagando la televisión y volviéndose hacia mí.
—¿Qué pasa con eso?
—Bueno, es solo que... no me siento cómoda con la idea de ir a una fiesta en este momento. No estoy de humor para socializar, especialmente después de lo que sucedió, y ya sabes que necesito descansar —explico, esperando que entienda.
Él suspira, pasándose una mano por el cabello.
—Lo entiendo, pero siento que a veces evitas salir y pasar tiempo con nuestros amigos. ¿Estás bien?
Me siento un poco frustrada por su reacción, pero intento mantener la calma.
—Sí, todo está bien. Simplemente no me apetece estar rodeada de mucha gente ahora mismo.
Él asiente, pareciendo comprender un poco más.
—Está bien, podemos quedarnos en casa. Pero me gustaría hablar más sobre esto después, ¿te parece?
Asiento con la cabeza, sintiendo un alivio momentáneo.
—Claro, podemos hablar luego.
Nos quedamos en silencio por un momento, ambos sumidos en nuestros pensamientos. Aunque la tensión aún está presente, al menos hemos llegado a un acuerdo por ahora.
Decidimos relajarnos en el sofá y ver la serie juntos, disfrutando de la tranquilidad de nuestro hogar y de la compañía del otro. Aunque la discusión ha dejado una sensación incómoda en el aire, sé que eventualmente podremos resolver nuestras diferencias y encontrar un equilibrio que funcione para ambos.
Con el pasar de las horas, la atmósfera entre nosotros se vuelve más tranquila y relajada. Conversamos sobre temas triviales, compartimos risas y disfrutamos de la simple compañía del otro. A medida que la noche avanza, siento que la tensión de la discusión anterior se disipa lentamente, reemplazada por una sensación de calma y cercanía.
Después de que acabe el episodio que estábamos viendo, él se levanta para preparar algo de cenar mientras yo recojo los vasos y los llevo a la cocina. Trabajamos en armonía, cada uno concentrado en su tarea pero con la tranquilidad de saber que el otro está cerca.
Mientras cenamos juntos en la mesa del comedor, la conversación fluye fácilmente entre nosotros. Hablamos sobre nuestros planes para el futuro, nuestros sueños y ambiciones, compartiendo nuestros pensamientos más íntimos en un momento de honestidad.
Después de cenar, decidimos tomar una Coca-Cola en el balcón. El aire fresco de la noche nos envuelve mientras nos sentamos juntos, mirando las estrellas en el cielo oscuro. En ese momento, siento una profunda gratitud por tenerlo a mi lado, por la conexión especial que compartimos.
Nos quedamos en silencio por un rato, perdidos en nuestros propios pensamientos. No hay necesidad de palabras; el simple acto de estar juntos es suficiente para llenar el espacio entre nosotros con una sensación de paz y serenidad.
Finalmente, después de un largo y tranquilo momento, él rompe el silencio.
—Gracias por hoy —dice suavemente, mirándome con ternura—. Por estar aquí, por ser honesta conmigo. Significa mucho para mí.
Le sonrío, sintiendo un cálido cosquilleo en el pecho.
—Gracias a ti también —respondo sinceramente—. Por escucharme, por entenderme. Eres mi roca, mi refugio seguro.
Nos abrazamos, compartiendo un momento de amor y complicidad bajo el cielo estrellado. En ese momento, nuestros ojos se encuentran, centelleando con una mezcla de pasión y ternura. Nos acercamos lentamente, dejando que el deseo que ha estado latente entre nosotros durante tanto tiempo se desborde en un beso apasionado y emocionante.
Justo cuando nuestros labios se funden en un abrazo íntimo, escuchamos el sonido de la puerta principal abrirse. Nos separamos rápidamente, con el corazón latiendo con fuerza, solo para encontrarnos con la mirada sorprendida de nuestros padres, Andrew y Sophie.
Nos han pillado.
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¿Me odias o me besas?
RomanceCuando Emily se ve forzada a mudarse a una nueva ciudad tras el divorcio de sus padres, no esperaba encontrarse con el acoso de Ryan, el chico malo del instituto. Mientras tanto, su madre, Sophia, encuentra un nuevo amor en Andrew, cuyo hijo resulta...