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-Emily-

Después de dos días encerrados en el hospital, ya hemos salido, por fin.
Nuestros padres nos han ido a visitar estos dos días, estaban muy preocupados.
Y le echan toda la culpa a Ryan, no es su culpa, ni la mía, son cosas que pasan, no pasa nada, lo importante es que estamos bien.
Y que estamos juntos.

Creo que no sospechan de nuestra relación, fingimos muy bien.

Estamos en el coche, de camino a casa. Ryan conduce, y nuestros padres están trabajando, así que estaremos solos en casa.

Los médicos me han dicho que tengo que descansar una semana en casa, no puedo ir al instituto, ni hacer deporte. Tengo que aburrirme en casa. Bueno, aunque puedo quedarme leyendo y escribiendo todo el día, eso es lo bueno.

Mientras estábamos hospitalizados, Ryan encontró por internet un concurso de autoras. En el que tienes que escribir un libro de unas 100 páginas, del género que quieras, y tienes una fecha límite, el 20 de diciembre.
Ryan me ha apuntado. Y yo estoy muy contenta por eso.
Hay un premio de 10 mil dólares. Queremos ganar para irnos de viaje juntos, eso les va a cantar mucho a nuestros padres, pero si nos vamos de viaje, será el verano que viene. Para esa fecha, ya sabrán la verdad.

-Ryan-

Me siento muy culpable.
Ha sido todo mi culpa, debería haber llevado más cuidado, y ahora Emily está herida.
Por mi culpa.

🪷

Ya estamos en casa, por fin. Estamos Emily y yo tumbados en el sofá, viendo Crónicas vampíricas. Empezamos la serie ayer en el hospital. Nos está gustando mucho, vamos por el tercer episodio.
De momento, Em y yo somos team Stefan, Damon nos parece un asqueroso, pero Emily dice que le parece muy guapo.

Después de acabar el tercer episodio vamos a la cocina a prepararnos algo de cenar.

—¿Qué te apetece cenar?.- le pregunto a Emily al llegar a la cocina.

—¿Quedan pizzas?.- intenta averiguar.

Me doy la vuelta, doy unos pasos hasta la nevera, la abro y veo que solo queda una. La saco y se la enseño.

—Si quieres la podemos compartir, no me la voy a comer entera.- me propone.

—Vale.- sonrío.

Me acerco al horno y lo enciendo.
Mientras el horno se precalienta, Emily se sienta en la mesa de la cocina y me mira con una sonrisa traviesa.

—Oye, ¿te has dado cuenta de que ya casi terminamos el primer trimestre de clases? —dice, cambiando de tema.

Sonrío mientras coloco la pizza en la bandeja del horno.

—Sí, se ha pasado volando. Aunque no me quejo, estoy disfrutando mucho de nuestras clases de literatura.

Emily se ríe y se estira en su silla.

—¡Esos debates sobre Shakespeare siempre son graciosisimos!.- río a carcajadas.- Aunque a veces me confunden un poco.

Me acerco al frigorífico para sacar algo de beber.

—Es verdad, pero son divertidos. ¿Quieres agua o Coca-Cola?

—Refresco, por favor —responde, con una mirada agradecida.

Mientras sirvo las bebidas, Emily sigue hablando.

—Y hablando de cosas divertidas, ¿qué te parece si este fin de semana hacemos una maratón de películas de terror? Me apetece mucho.

Le paso su vaso y asiento, sentándome frente a ella.

—Suena genial. Podemos pedir comida y hacer palomitas.

Emily sonríe ampliamente.

—¡Perfecto! Y tengo unas películas en mente que te van a encantar. Algunas son tan malas que te harán reír más que asustarte.

Meto la pizza en el horno, y después de un rato esperando a que se haga, la pizza empieza a desprender un delicioso aroma que llena la cocina. Me levanto para revisar y veo que está casi lista.

—Plan perfecto —digo, mientras cierro el horno nuevamente—. Oye, ¿te has enterado de que van a abrir una nueva librería en el centro? Deberíamos ir a verla.

Emily asiente, entusiasmada.

—Sí, definitivamente. Me encanta perderme entre libros.

El horno emite un pitido, indicando que la pizza está lista. La saco con cuidado y la coloco sobre la encimera para que se enfríe un poco.

—Bueno, ¿lista para cenar? —pregunto, tomando el cortador para cortar la pizza.

—¡Más que lista! —responde Emily, levantándose para ayudarme.

Nos servimos y regresamos al sofá con nuestros platos. Mientras comemos, seguimos viendo la serie de ¨Crónicas Vampíricas¨, además de hablar sobre la escuela y qué cosas planeamos hacer en las vacaciones de invierno.

La noche avanza con conversaciones ligeras y muchas sonrisas, dejando atrás cualquier preocupación. Por un momento, todo parece estar en su lugar.

¿Me odias o me besas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora