Capítulo 5

29 4 13
                                    


5

Christian


Llegando la siguiente mañana, estaba decidido a averiguar las razones del interés sin sentido por parte de la pelinegra de ojos verdes. Después de que Nave me dijera lo de Kass, me había quedado todo el resto del día y también la noche pensando en ello. Me carcomía la curiosidad, tanto así que iba a perder la primera hora de clase para acercarme a la chica y hacerle los cuestionamientos que consideraba necesarios.

Al llegar al campus, la vi caminando con un par de libros de Mariano Sigman y Steven Turner en su mano, sus audífonos blancos de cordón, su cabello sujetado en una coleta, unos jeans holgados azul tifón, una camiseta negra entallada de tela bastante fresca y unas botas grises cortas de tacón cuadrado bajo y a pesar de ser un conjunto bastante sencillo, hacía que se viera impecable en ella. Esperé a que estuviera caminando sola y aproveché para acercarme.

—Hey, ¿cómo estás?

Kass me vio un segundo un poco confundida antes de responder, pero no se detuvo, provocando que la siguiera—Mm, hola, todo bien, ¿tú?

—Estoy bien, gracias.

—Mm, okay ¿Te puedo ayudar en algo?

—De hecho, quería preguntarte algo.

—¿Sí? ¿Qué pasó?

—Oh, nada, solo quería saber sobre algo.

—Bueno, ¿sobre qué?

—Escuché que ayer que hablabas con Naveen, mencionaste mi nombre en la conversación.

Kass me miró y respondió sin vergüenza alguna—Así es, ¿y?

—Pues, solo quería saber la razón de mi mención.

—Aaah—sonrió un poco—¿Es eso lo que quieres entonces? ¿Saber por qué le pregunté a Nave de ti?

—Exactamente.

—No lo sé ¿Curiosidad tal vez? Nada especial—hizo una pequeña pausa—, digamos que quería entender un poco del porqué de tu popularidad. Si soy sincera, no lo entiendo.

Reí sin poder creer lo que estaban escuchando mis oídos—¿Es en serio? ¿Estás ciegas?

Kass, sin un solo pelo en la lengua y ni pizca de miedo, pena o vergüenza, respondió a mi vacilación—No, no lo estoy y exactamente porque no lo estoy es que no entiendo la fascinación que tienen contigo. Seamos honestos, Chris, sí, tendrás el cuerpo más sensual de toda la universidad, me atrevería a decir, pero es solo eso, un cuerpo sexy y una cara bonita.

—Pues yo tampoco entiendo a la gente que se fija en chicas como tú.

—¿Chicas como yo?

—Sí, despreocupadas, que no les importa nada, que seducen a la gente porque sí.

Riendo sarcásticamente y sin timidez alguna, expresó—¿Perdona? mira quien habla, señor "tengo una chica diferente para cada día de la semana", no vengas con ridiculeces, no me conoces una mierda para decir eso.

—Ya, pues tú a mí tampoco—afirmé escéptico.

La chica detuvo su paso para imponerse frente a mí—Ya te vi lo suficiente para saber que eres un puto hipócrita narcisista—dijo agregando fuerza a su dedo índice mientras este presiona un par de veces en mi pecho— que no puede quedarse tranquilo teniendo a una sola chica, las quieres a todas para llenar ese maldito y patético ego que tienes y para tu información yo nunca le doy falsas esperanzas a la gente. Estoy completamente soltera, puedo hacer lo que me dé la puta gana.

—Yo también estoy soltero, no me complico con nadie.

—Ya, pues dile esa estupidez a las chicas con las que sales, porque parece que no se están enterando, idiota—escupió agregando una mirada cargada de furia antes de apresurar el paso y dejarme con la palabra en la boca.

Kassandra, a pesar de estar estudiando psicología y al parecer ser excelente en ello, podría decir que en cuanto a su vida personal tenía una mecha pero que muy corta.

Otra razón por la que no me permitía considerar a Kass un buen prospecto para una relación, si es que a esas cosas superficiales que yo tenía se le podía llamar relaciones, es que, en cuanto a carácter, el de ella era muy jodidamente fuerte y a mí me gustaba tener todo bajo control. Kassandra jamás permitiría que yo llevara las riendas, ni de lo que siento, ni de las situaciones que sucedan, ni de nada; pero de nuevo, ella solo tenía curiosidad, una curiosidad que en un par de días a lo mucho y después de la recién acontecida discusión desaparecería sin lugar a dudas y nos dejaría donde mismo empezamos. No debería seguir pensando en eso. No debería, pero ya estaba jodido de la cabeza.

Todo el resto de la semana traté de sacar a Kassandra de mi mente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Todo el resto de la semana traté de sacar a Kassandra de mi mente. Vi a algunas chicas, coqueteé con otras muchas, traté incluso de tener sexo, pero no podía evitar que ella viniera a mi cabeza cuando iba a besar o a tocar a alguien más. Por no mencionar que se me salieran los ojos cada vez que la veía pasar.

¿Cómo sin siquiera intentarlo ella ya estaba dentro de mi piel?

Y por Dios que yo quería sacarla de ahí, pero parece que a mi cuerpo le gustaba la idea de pensar en tocarla o besarla a ella. Fue la única que me causó algún tipo de emoción después de años de monotonía y sensaciones grises y sin gracia. Porque sí, esa pequeña pelea que tuvimos hizo que mi corazón tamborileara raudamente dentro de mi caja torácica como hace mucho no lo hacía y mi sistema hizo corto circuito dejando chispeante electricidad a su paso.

----------------------------------------------------
¡Kassandra mi patrona!
Jajajajaj, la amo demasiado. La pelea estuvo buena, no lo nieguen.
Ahora se viene lo chido jajajaj

Atte:Alexa^^

La Melodía de tu VozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora