Emilie Rochefort, la envidiada estudiante de gran belleza, intelecto, fuerte carácter, de muchos talentos y familia rica, todos dirían que lo tienen todo, que su vida está resuelta y es fácil solo por ser bonita y adinerada.
Pero esto no es así, aun...
Dato curioso que probablemente sepan, en Tekken Pachislot Eliza es exorcisada por Claudio.
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Paso cierto tiempo después de la fiesta y cada quien tomo su rumbo, se trataba de tantas personas que decir lo que hizo cada uno nos podría abarcar todo él día. Así continuamos con nuestros protagonistas; el antiguo avión Rochefort está sobrevolando la ciudad en dirección a Yakushima, sus pasajeros son Kazuya, Lars, Jin y Lili; Raven habia vuelto al submarino de paradero desconocido a continuar con su trabajo confiandoles a Kazuya.
- Detesto tener que viajar contigo mujer - Kazuya estaba atado a la elegante silla color salmón frente a Lili que tomaba té en la contraria.
- Te vuelves cada vez más parlanchín, tal vez deba cubrirte la boca - Deja la taza sobre la mesa y lo ve con una sonrisa forzada.
- No van a comenzar una discusión innecesaria - Lars se frotaba la sien.
- ¿Por qué se llevan tan mal? - Le pregunta Jin a Lili.
- Tal vez sea por una no agradable conversación y que quiso matarme -Se cruza de brazos y apoya la espalda de la silla.
- Creí que nos estábamos divirtiendo - Fingió estar dolido.
Lili se levantó de forma abrupta buscando algún objeto para cubrirle la boca y parar de escuchar sus provocaciones.
- Okey Jin, ve a calmarla - Le ordenó Lars.
Jin asintió y fue hasta la rubia apoyando su mano sobre la suya en cuanto la dejo sobre la mesa.
- Se que es molesto lidiar con él, perdóname - En sus ojos leyó lo culpable que se sentia al disgustar a más de uno con su decisión.
Conoce las consecuencias de tener a Kazuya cerca, la gente le teme y nunca podrá ser aceptado, más de uno lo quiere muerto y tras su supuesta muerte se han calmado, pero solo imaginen las caras de pánico al reencontrarse con Kazuya la persona que arruinó sus vidas y su ciudad.
- Jin - Susurro y apretó su mano - Está bien, no te sientas mal.
- Gracias por siempre entenderme - Sonríe tenue.
- Estoy aquí para cuando lo necesites, no dudes de eso.
Dejo de ver sus ojos y ve sus labios, desde hace un tiempo tenía las ganas de besarlo y romper esa distancia entre ambos, con cada día sus sentimientos aumentan y se le dificulta ocultarlos, lo único que anhela es estar para él no importa si es como una amiga, sin embargo conoce el riesgo de declararse, los sentimientos podrían no ser mutuos y ahuyentaría a Jin.
Hizo una promesa, contarle a Jin la verdad y Emilie De Rochefort siempre cumple sus promesas por más difíciles que sean, esperaría el momento adecuado con temor.
