Emilie Rochefort, la envidiada estudiante de gran belleza, intelecto, fuerte carácter, de muchos talentos y familia rica, todos dirían que lo tienen todo, que su vida está resuelta y es fácil solo por ser bonita y adinerada.
Pero esto no es así, aun...
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Altos árboles de pino cubrían a la luna, el sonido de los búhos le causan escalofríos, la sensación de que es observada la inquieta, a lo lejos es apenas audible el sonido del rio. Si algo no le gustaba a Emilie De Rochefort es la naturaleza, los mosquitos, animales salvajes, la tierra y humedad del ambiente que le arruinan el cabello, ama usar tacones pero en esta ocasión tenía botas y pantalones, no iba con su estilo pero era mejor que tener que andar con incomodidad en un lugar desconocido. Lo hacía por Nathan, estaba soportando todo solo para reunir a su familia nuevamente.
Levantó la mirada jadeando exhausta, Kazuya y Eliza iban a la cabeza del viaje, en cambio Lili se quedaba atrás de los soldados reprimiendo sus quejas de joven mimada, en otra situación habría abandonado el viaje e ido a un spa a relajarse, pero esto es diferente, una vida está en juego, la vida de su hijo y el de Jin.
A pesar de lo mucho que le decían "no es tu culpa" no podía evitar seguir sintiendo el gran peso de haber dejado a su hijo solo con una niñera, solo ella era capaz de protegerlo, buscaba una solución para sus pesadillas y termino metiéndolo en un problema mucho más grande y real que un sueño. Se sobre exigía <<tengo que salvarlo>> se repetía.
Llegaron a una cueva, avanzaron a oscuras con una tenue luz que salía del ojo de un diminuto robot de vigilancia en el que Lee observaba todo a tiempo real.
Pisaba con cuidado de no tropezar con una piedra o cualquier otra cosa, en ese momento su preocupación no eran los vampiros, sino el posible oso salvaje que podría habitarla. Morir asesinada por un oso no estaba en sus planes, quizás ser atacada por Kuma era una opción, después de todo el oso no soportaba su carácter egocéntrico desde el día uno en el que se conocieron "te adoptaré" fue lo primero que dijo enfureciendolo. Ojalá el gran oso estuviera allí para poder burlarse de sus ocurrencias.
Su pie pisa algo viscoso, retroceder asqueada soltando quejas hasta chocar con una pared que se desploma a su contacto, pierde el equilibrio cayendo por un agujero que la hace caer en un lugar desconocido.
— ¡Eliza, Kazuya!
Gritaba aterrada, un grupo de murcielagos que dormía despertó por sus gritos volando alarmados por el lugar.
Arriba Kazuya y los demás continuaron con su camino sin notar la ausencia de Lili, la distancia entre ellos al momento de la caida era bastante, por lo tanto paso desapercibido.
— ¿Dónde estoy?
Busco su celular deslizando sus manos sobre la tierra.
— Bingo.
Toma el teléfono y lo enciende, su brillo le ciega por unos instantes hasta que se adapta a la luz, mira la pantalla, la misma está completamente rota, en el fondo está la imagen de Jin y Nathan en su cumpleaños número cuatro, Nathan vestía de vaquero montando a caballo y Jin sostenía sus riendas para evitar que se saliera de control, Lili era quien tomaba la foto llamando y saludando a su hijo que estaba feliz de sentirse como un vaquero, tenía una soga en las manos y fanfarroneaba llamándose un sheriff.
