Dima Voronin Smirnov
Un suave cuerpo a mi lado es lo primero que siento al abrir los ojos. Lo segundo es su lenta respiración contra mi cuello. Lentamente, con cuidado de no despertarla, giro la cabeza y la miro.
Era la primera vez que pasaba la noche con una mujer. Siempre era yo el que me iba para evitar los silencios incómodos por la mañana y aunque en esta ocasión no podía irme debido a que estaba en esta camilla hasta que me dieran de alta, de haber tenido la oportunidad no me hubiera ido.
Izumi dormía sobre mi lado bueno con un brazo rodeando mi torso. La mano descansaba justo donde latía mi corazón y sus piernas estaban enredadas con la mía. Debajo de la sábana que nos cubría estaba su cuerpo completamente desnudo y solo de pensar en lo cálido y suave que es mi erección matutina se endurece. Ahora la sábana parecía una tienda de campaña.
Suspiro, ¿qué tan incómodo podría ser para mi chica si entraba una enfermera en este momento?
El pensamiento me hace sonreír, no solo porque si sería incómodo, sino que por ahora era mi chica. Lo había sido desde la primera vez que la vi. Aun cuando no sabía ni su nombre, mi cuerpo se sintió atraído por ella y por sus secretos.
Pero ahora era el momento de desmantelar sus mentiras, porque así podía protegerla de la tormenta que se avecinaba.
***
Alejo la mirada de las ventanas y la dejo caer en el hombre que había entrado a mi habitación. Izumi se había ido cuando una enfermera entró diciendo que tenía que hacer una revisión de rutina, a pesar de que le dije que no tenía que irse, no me escuchó, así que se vistió y despidió con un rápido beso. El movimiento me tomó por sorpresa, pero fue jodidamente increíble.
—Shinoda. —saludo e inclina la cabeza a modo de reconocimiento. Parecía ligeramente demacrado, con algunos moretones en el rostro, pero además de eso parecía en perfectas condiciones—. ¿Puedo saber qué te trae por aquí?
La pregunta estaba de más. Ambos sabíamos que teníamos una conversación pendiente.
—Me alegra que estés bien.
Por supuesto que le alegraba. Si moría, tendría a toda Rusia sobre él.
—¿Sabes la razón por la que acepté hacer esta alianza con tu familia? —pregunta y cada parte de mi cuerpo se tensa. Aun así, asiento, lo había hecho para expandirse y tener más poder sobre sus enemigos—. Lo hice por Jun —Evito poner los ojos en blanco, eso era una mierda—. Me parecías un buen chico y creí que serías bueno por para ella.
—Ambos somos conscientes de que sabes exactamente cuál era la vida que llevaba en Rusia. Mujeres y autos. Cuando no estaba follando, estaba participando en carreras ilegales. Así que no intentes usar a Jun para hacerme sentir mal, porque no funcionará. Sé que ella no te importa.
Su rostro se vuelve de distintos tonos de rojo por la ira.
—¿Cómo te atreves a insinuar tal cosa cuando has dañado la reputación de mi hija? ¿Es que no tienes vergüenza?
—Soy un Voronin Smirnov. No la tengo. —Da un paso en mi dirección, pero chasqueo la lengua—. Escúchame bien. Te salvé la vida, así que ahora me debes, ¿entiendes? —Cierra los puños y los abre una y otra vez—. Ahora te pregunto, ¿cuánto vale para ti tu vida?
No responde tal y como espero, pero ambos sabemos que demasiado. Si moría y no tomaba el control, toda su organización se iría abajo.
«—Anunciarás que el matrimonio entre Jun y yo ha terminado debido a nuevos acuerdos entre nuestras familias. Luego esperarás al que día de la coronación llegue y te presentarás con tus hombres para cuidarnos las espaldas en caso de un ataque y jurarás lealtad. ¿Entiendes?
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Fascinada por un mafioso © [Libro 4] | [Próximamente en Físico]
Romance[BORRADOR] ≼Dinastía Criminal-Libro 4≽ Dima Voronin, heredero de un imperio criminal, está comprometido con Jun, la hija del líder de la mafia yakuza, en un intento de unir dos poderosas facciones. Sin embargo, su corazón es robado por Mei Yoshida...