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Momentos antes del encontronazo de Hinata con Toneri MacŌtsutsuki, Naruto practicaba junto a Chōji la lucha cuerpo a cuerpo, cuando Kurama, que estaba echado sobre la hierba, cerca de ellos, levantó la cabeza y olisqueó el aire

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Momentos antes del encontronazo de Hinata con Toneri MacŌtsutsuki, Naruto practicaba junto a Chōji la lucha cuerpo a cuerpo, cuando Kurama, que estaba echado sobre la hierba, cerca de ellos, levantó la cabeza y olisqueó el aire. 

Naruto no se percató de que algo ocurría hasta que el animal salió corriendo sin más, como si estuviera poseído.

En un principio, Naruto pensó que algo había llamado su atención y su instinto de cazador lo había azuzado para que fuera tras alguna pequeña presa. Sin embargo, Gamakichi, otro de sus hombres, llegó corriendo para sacarlo de su error.

—¡Naruto, rápido, tienes que venir al campamento! ¡Es lady Hy... es tu esposa! —se corrigió en el último segundo, al ver que sus gritos habían alertado al resto de los guerreros que compartían la explanada para sus ejercicios.

El corazón de Naruto dio un vuelco y se le tensó el estómago. Miró primero el camino por el que Kurama había desaparecido como una flecha y luego a Gamakichi, desconcertado.

—¿Le ha ocurrido algo a Hinata?

—Casi —respondió el otro sin resuello—. El laird Toneri MacŌtsutsuki ha estado a punto de arrollarla con su caballo.

Naruto palideció.

—¿Cómo dices?

Cuando Gamakichi vio que su líder apretaba la mandíbula con gesto fiero, se apresuró a aclarar:—Ha sido un accidente. El caballo se alzó de manos, estaba a punto de golpear a un niño del clan Hatake que se había interpuesto en su camino y lady Hinata lo salvó, colocándose ella delante del animal...

Antes de que terminara de explicarle, Naruto ya se había puesto en movimiento. Regresó al campamento a grandes zancadas, seguido por sus hombres, y solo podía pensar en encontrar a Hinata para cerciorarse de que no le había ocurrido nada malo.

Fue fácil dar con ella. Se había formado un corro de gente en el lugar del incidente y la joven estaba en mitad de todos ellos, sentada sobre un taburete, con una copa de metal en una mano mientras que con la otra acariciaba la cabeza de Kurama, que yacía junto a sus piernas. 

Estaban con ella su dama de compañía y Tenten. Ambas intentaban que el resto de los presentes no la atosigaran.

—¿Qué ha ocurrido? —Naruto avanzó entre la gente hasta llegar a su lado.

—¡Qué susto se ha dado, pobrecilla! —exclamó una mujer.

—¡Y qué mala suerte, ir a toparse justamente con el laird MacŌtsutsuki de esta manera! —añadió un jovenzuelo.

—Le he dado un poco de la cerveza caliente de los Hatake, Naruto, para que templara los ánimos. Después de todo, le ha salvado la vida al hijo de Vera —le explicó uno de los miembros de ese clan.

—Sí, estaba bastante pálida, pero ya va recobrando el color —intervino también un anciano que observaba la escena, sentado muy cerca, mientras fumaba su pipa.

Hinata la valienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora