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Era más difícil de lo que había imaginado

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Era más difícil de lo que había imaginado.

Hinata fue testigo de cómo se enrareció el ambiente entre los dos grupos en cuanto Naruto giró la cabeza hacia ellas para presentarlas a los Uchiha.

Fue como si el aire que los rodeaba se congelara.

En los primeros instantes, aquellas gentes habían sonreído con alegría al toparse con los hombres MacUzumaki. Se aproximaron con camaradería, se intercambiaron saludos e incluso escuchó alguna risa entre viejos amigos que se reencontraban. 

La señora Yūhi y ella permanecieron en un discreto segundo plano, siguiendo las indicaciones del guerrero. Sin embargo, en cuanto Naruto se refirió a ellas, los gestos risueños desaparecieron.

—¿Es ella la dama inglesa por la que abandonaste a tu padre?

Hinata escuchó la pregunta, salida de los labios del que parecía ser el líder del grupo, sin poder creerse que lo hubiera dicho en voz tan alta. Era evidente que no consideraba una descortesía hablar con ese tono despectivo en su presencia y que le importaba muy poco que pudiera oírlo. 

De hecho, pensó enseguida, quería que lo escuchara y lo entendiera, porque había hablado en inglés y no en gaélico, como solían hacer los habitantes de aquellas tierras.

Por instinto, se enderezó sobre su montura y sostuvo la mirada del laird Uchiha. Ella no era la dama que mencionaba, pero su hermana sí. Y le molestó que hablara de su persona con ese desprecio.

—No es Ino Anbu —le respondió Naruto.

—Pero es una sassenach —intervino una de las mujeres que viajaban en las carretas.

—Es lady Hinata Hyūga. Es la hermana de lady Anbu y cuñada del laird Anbu. Y la señora Yūhi, su dama de compañía.

—¿Por qué viajan juntos? —preguntó otro de los recién llegados.

—¿Qué hacen dos inglesas con los soldados MacUzumaki?

—¿Se dirigen también a Namikaze?

—¿Por qué Sai no las ha enviado de regreso a su maldito hogar en Inglaterra? —preguntó por último uno de los hombres Uchiha.

Hinata escuchó el jadeo de indignación de la señora Yūhi, a su lado.

Aquellas gentes las miraban con fijeza y sin ocultar la animadversión que les profesaban.

Naruto trató de contestar a todas aquellas preguntas a la vez.

—Sí, vienen con nosotros a Namikaze. Lady Hyūga es mi invitada, nunca ha visto unos Juegos y he creído que no hay mejor ocasión para que conozca nuestras costumbres.

—Podemos enseñarles cómo tratamos por aquí a la escoria inglesa, si son costumbres de las Highlands lo que desean aprender.

Aquella frase tan hiriente salió de los labios del propio laird Uchiha. Hinata no daba crédito a tanta hostilidad. ¡Si ni siquiera la conocían! ¿Por qué la odiaban tanto? 

Hinata la valienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora