Novela Diego - Ser quien soy 2da Temporada

Capítulo 27

C. 27: Oscuridad
-Sé que estás ahí.
-No quiero hablar en este momento.
-¿Se ha terminado todo entre ustedes?
-¿Qué es lo que crees?
-No entiendo por qué estás tan molesto. Esto es lo que debía pasar.
-¿Esto?
-Sí, esto. No podías continuar forzándolo todo. Me amas, ¿es que aún no lo sabes?
-No podemos estar juntos.
-¿Por qué no?
-¡Porque no! ¡Simplemente porque no!
-...me gusta el nombre Max...
-¿Qué?
-Ya sabes, si nuestro angelito termina siendo varón.
-Violetta, ¿es que no entiendes? No puedo, no puedo hacer esto. No puedo formar contigo una familia...¿qué hay de Francesca?
-¿Qué hay de ella?
-No puedo hacerle esto...
-Ja.
-¿Te parece gracioso?
-No, es solo que...te pasa con Francesca lo que a mí me pasa contigo.
-¿Y qué es eso?
-Ya sabes...que no la puedes dejar ir, por más que intentes. No puedes alejarte ni un segundo, porque tienes tanto miedo a perderla. Para siempre.
-Sí, eso parece que es...
-No te preocupes, si quieres puedes regresar con ella. Alargar su sufrimiento. Yo estaré acá, siempre.
-¿Por qué estás tan segura de que terminaremos juntos?
-Juntos no. Enamorados.
***
Lancé la fotografía que sostenía en la mano, con fuerza, hacia la puerta de la habitación.
El portarretratos de ésta se rompió en miles de pedazos.

Pero la fotografía quedó intacta, y con ella los malditos recuerdos.

Entonces, tomé una cajita de mi cómoda. Una cajita, de regalo. Tapizada de color amarillo, con un listón rojo encima.
Recordaba con cuantas ansias la había abierto la primera vez, que el papel celofán estaba muy desgarrado y a punto de desprenderse de la caja en sí.

Y ahora, con tanta calma, aunque con el mismo sentimiento y vacío de soledad que la primera vez, estaba abriéndolo.

Una vacía lagrima cayó sobre la fotografía dentro. Y a voltearla, un par más cayeron sobre ella.
Leí en voz alta, aquellas palabras que me helaban la sangre con tan sólo saber que estaban ahí:
Gracias por ser lo que necesitaba en estos últimos meses.
Realmente lo necesitaba.
-Francesca❤️

Y justo ahí, solté la imagen y me eché a llorar. Desolado, herido, daba lástima honestamente.

¿Por qué todo lo que tocaba, todo lo que amaba, de alguna manera se rompía? Todo.

Qué si tres años atrás, ¿hubiera imaginado tal final con Francesca?
Qué si tres años atrás, ¿hubiera sabido la realidad, que la hija de Violetta es mía?
Qué si tres años atrás, ¿hubiera considerado todo lo que arriesgaba, y habría regresado a Buenos Aires?

Qué si tres años atrás...
¿Me hubiera subido en aquel avión a Barcelona, en un principio?

***
-Hablaste con ella, ¿cierto?
-¿Cómo?
-Sí, los escuché. Hablaste con ella.
-Lo lamento.
-No, está bien. Yo no soy nadie para decirte con quién hables o no...
-¿Entonces por qué estás tan enfadada?
-No lo estoy.
-¿Ya no significo nada para ti?
-Eso qué importa, aún así te irás a correr a sus brazos ¿cierto?
-¿Te molesta que ella aún sienta cosas por mí?
-No.
-No te entiendo...fuiste tú quien terminó la relación, yo creí que...
-¡La terminé porque estaba enojada! ¡Porque me dolía saber que lo tenías todo con ella, que un nosotros ya no tenía sentido! No porque dejara de amarte.
-¿Aún me amas?
-Dejálo.
-No, ¡no! Dime, ¿aún me amas?
-Eso qué más da. No funcionamos más.
-¿Y qué pasa si yo deseo que funcione?
-Entonces eres más idiota de lo que creí.
-Fran...sé que te hago daño, mucho pero...sólo eres tú. Siempre has sido tú. Mi corazón vuelve contigo todo el tiempo, ¿por qué? No tengo la más mínima idea. Sé que...que no lo merezco, pero...¿qué se supone que tenga que hacer ahora? N-no puedo...dejarte ir...
-Intenta.
-¿Qué?
-Diego, yo me he sentido de esta manera por...tantos años. Pretendía, fingía que no me importaba, pero ahora...es todo distinto. Y si yo pude con todas esas emociones, sé que tú podrás también...
-Eso quiero hacer...pero no puedo...no puedo superarte, superarnos...tengo tanto miedo a perderte...
-Lamentablemente, yo no puedo perderte...porque simplemente nunca te tuve...
-Fran...mi amor...
-Anda por ella.