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Capítulo 255

¿Alguien quiere rescindir el contrato? + Buscar pareja + Solo hazlo una vez

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Dado que el pueblo tiene una variedad de trabajo, todo el mundo está ocupado ganando dinero, las personas que visitan la puerta para charlar son cada vez menos. Pero esta tarde, a la casa de Shen Ruo volvió a venir gente.

Era una tía que había firmado con él un contrato para su taller de telas, entonces la invitó a sentarse en la habitación principal.

Shen Ruo preguntó:

—Tía, ¿para qué vino a verme?

La cara de la señora estaba sonrojada, y era obvio que lo que estaba a punto de decir le resultaba un poco difícil.

Shen Ruo esperó pacientemente, observándola.

—Ruo ge'er, no debería molestarte en este día. Es solo que... mis habilidades para bordar son en realidad promedio. Mi hermano se va a casar de nuevo. Me preguntaba si... ¿podría rescindir el contrato contigo y dejarme hacer los taburetes plegables? —Después de que terminó de hablar, su rostro estaba lleno de vergüenza. Ni siquiera llenó de elogios a Ruo ge'er como había planeado para quedarse más tiempo, sino que preguntó directamente.

Shen Ruo no aceptó de inmediato, sino que sólo preguntó: "¿Por qué no lo mencionaste aquel día?".

Aquel día, fue la tía Liang la que dijo que quería rescindir el contrato, y esperó mucho tiempo a los demás, pero el hombre que tenía delante no dio muestras de querer rescindir el contrato.

Se avergonzó y dijo:

—Lo siento, Ruo ge'er, yo también quiero ganar más, lo pensé el otro día, pero me daba vergüenza decirlo. ¿Aún puedo rescindir el contrato ahora?

De hecho, Shen Ruo no sufrirá ningún daño, ya sea que el contrato se rescinda o no. Incluso el bono de dividendo después de un año se entregará a unas pocas personas menos. Incluso si alguien viene a mencionarlo, es probabilidad que alguien haya cambiado de opinión. Naturalmente, preparar una boda no es de un día para otro, pero resulta que solo lo mencionó hasta ahora.

No le importaba en su corazón, pero tenía una expresión de enojo en su rostro:

—Mi taller de telas no es para que vengas y te vayas cuando quieras. ¿Por qué no me lo dijiste cuando te pregunté?

Al ver que Shen Ruo estaba enojado, la tía inmediatamente se levantó y se disculpó:

—Lo siento, lo siento.

Shen Ruo frunció el ceño y dijo:

—¿Crees que tengo muy buen temperamento? Mientras vengas y hables conmigo, ¿estaré de acuerdo?

La tía dijo que no sabía cómo responder, quedó muda por un momento.

Se sentía culpable por tener que elegir los trabajos que Shen Ruo organizaba para los pueblerinos, pero cuando pensó que podía ganar más dinero haciendo otras cosas, se volvió desvergonzada.

—Lo siento, Ruo ge'er, tengo muchas ganas de hacer esos taburetes plegables, ¿puedes dejarme hacerlo?

Shen Ruo dijo:

—Está bien rescindir el contrato, pero no debes actuar otra vez así en el futuro, hay que pensar con claridad.

—Lo he pensado detenidamente. —La tía miró a Shen Ruo con ojos serios, esperando que él estuviera de acuerdo.

Shen Ruo fingió estar triste y suspiró.

—Tía Fen, ¿quién te dijo qué te dejaría hacer los taburetes plegables?