Tem 2: Una situación incomoda

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El bosque estaba cubierto por un manto de hojas verdes y el sol filtraba sus rayos a través de las copas de los árboles, creando un ambiente mágico y tranquilo. Los cantos de los pájaros resonaban en la distancia, acompañando el crujir de las hojas bajo los pies de Shiro.

Shiro avanzaba con paso firme, llevando en sus brazos a la madre de Charlotte y Namine era la reina Roxy, quien descansaba contra su pecho, envuelta en una expresión de agotamiento. La llevaba al estilo nupcial, con una mezcla de fuerza y cuidado, protegiéndola de cualquier peligro en el denso bosque.

Shiro: Estamos cerca- murmuró, su voz calmada pero decidida. Recordaba claramente la ubicación de la cueva, un lugar que había visitado en y que ahora se convertiría en su refugio temporal.

Namine y Charlotte caminaban a su lado, manteniéndose cerca pero sin interferir en la marcha de Shiro. Sus ojos observaban cada sombra y movimiento en el bosque, alertas y listas para cualquier eventualidad.

Charlotte: Shiro crees que esto es una buena idea adentrarnos más al bosque- diría viendo al peliplateado.

Shiro: Créeme que es la única opción que tenemos, además estoy aquí para protegerlo- Mirando a Charlotte con una sonrisa.

Namine: Shiro-niisan también me protegerá?

Shiro: Claro de dije que siempre la protegeré- diría con una sonrisa ocasionado seguridad en las 2 chicas.

De repente, el paisaje familiar de Shiro apareció ante sus ojos: la entrada de una cueva oculta por un espeso manto de vegetación. Shiro apartó las ramas y entró, llevando consigo a su preciada carga.

Dentro de la cueva, la luz se suavizó y una sensación de calma los envolvió. Las paredes de piedra eran frías al tacto y el sonido del exterior se atenuó, reemplazado por un eco suave.

Namine: Hermana, este lugar me da un poco de miedo - dijo, mientras tomaba la mano de Charlotte.

Charlotte: No te preocupes, Shiro nos protegerá - respondió, mirando a Shiro con confianza.

Shiro: Djitri, Rona - llamó con voz firme - Estamos aquí.

Unos pasos resonaron desde el interior más profundo de la cueva, y pronto aparecieron tres siluetas; dos femeninas y otra de una criatura. Charlotte, al ver esto, se quedó pálida al reconocer a una chica de cabello verde junto a otra de cabello castaño, ambas vestidas con trajes de sirvienta.

Eran Djitri y Rona, quienes, al reconocer la voz de Shiro, se sintieron aliviadas, pero se preocuparon al ver a la mujer herida en sus brazos. Sin embargo, entendieron la situación al notar la sangre.

Djitri: Déjala aquí, Shiro - indicó, señalando un lecho improvisado de mantas y almohadas.

Shiro asintió y, con la mayor delicadeza, depositó a la mujer en el lecho. Djitri y Rona comenzaron a atenderla de inmediato, mientras Djitri se acercaba a Namine y Charlotte, dándoles una mirada comprensiva.

Djitri: Ha sido un viaje difícil - comentó colocando una mano reconfortante en el hombro de Shiro - Pero estás en un lugar seguro ahora.

Shiro asintió, permitiéndose por primera vez desde que entraron al bosque, un respiro profundo. Sabía que aún quedaba mucho por hacer, pero por ahora, estaban a salvo, rodeados de amigos y protegidos por las antiguas paredes de la cueva.

Shiro: Gracias - dijo, su voz resonando con gratitud en la cueva - No lo habría logrado sin ustedes.

Djitri y Rona asintieron, y en ese momento, una sensación de esperanza llenó el aire. La cueva, con su atmósfera serena y segura, se convirtió en un santuario para todos ellos, un lugar donde podían recobrar fuerzas y planificar su próximo movimiento.

El aventurero sin familia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora