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| primera y tercera persona.
lando norris.

Niza, Francia.

23:32

—ey...— los llamé y ellos alzaron la mirada.— ¿no han salido?

charles negó derrotado.

yo volví a sentarme y con el corazón apretujado y los músculos tensos, tan sólo de recordarlo... no.

—¡oscar!— había gritado charles desesperado.

—¡es que no puedo! ¡no funciona!— lloró él. —rain... ya despierta.

—a ver, muévete.— volvió a decirle charles y él mismo le hizo el rcp.

yo me acerqué a paso lento, ¿de verdad está muerta? es que no puede... no puede.

—lando...— me miró pierre llamando mi nombre con sorpresa, le vi pasar saliva y miró a rain.— hacemos lo que podemos, pero no responde.

me agaché hincando mis rodillas y sólo pude verla.

no rain, tú no te vas a morir por las estupideces que ese hombre cometió.

—muévete, charles.— dije de manera suave y comencé a hacerlo yo.

agregué respiración boca a boca y un rcp poco más rápido, aún así, no había respuesta de ella.

no podía verla porque mis ojos estaban húmedos, su rostro era tan borroso como el resto de su cuerpo.

—¡lando!— me llamó otra voz de mujer, no la miré.— habrán matado al bebé.

aquello me hizo detenerme y todos la miramos.

es que ellos no sabían. a excepción de charles.

—¿bebé?— dijo uno de ellos.

yo no dije nada y seguí intentando.

vamos muñeca, abre los ojos, por favor. no me hagas sentir como un inútil.

pude ver cómo su rostro se mojó por las lágrimas que salieron de mis ojos cuando le di respiración, mordí mi labio y pude sentir un muy ligero sabor metálico de su sangre.

—rain...— llamé en un susurro.

vi de reojo que oscar tapó su rostro y charles suspiró pesadamente.

ellos están dándose por vencidos.

—vamos...— rogué volviendo a unir mis labios para darle aire.— ¡rain, ya!

la desesperación comenzó a correr por mis venas y la mano de pierre se posó en mi hombro pero me moví de manera brusca para que me soltara.

los sollozos de su madre me hicieron alterarme más y comencé a negar.

rain estaba muerta. jalé su cuerpo al mío abrazándola, no estaba muy fría aún, prefería que no lo estuviera. pegué su cabeza a mi pecho y sentí un pellizco.

silence: háblame | lnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora