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Tras diez años de presunta paz, Rhaenyra dio a luz a su tercer hijo. Llamado Joffrey en honor al amante de Laenor. Quien había acompañado a la pareja durante todos esos años.

—Hola —dijo Quimera entrando a lo aposentos de Rhaenyra.
—¡Quimera! —exclamó Lucerys Velaryon. El segundo hijo de Rhaenyra y el niño de los ojos de la reina. Era su consentido innegable ante cualquiera. El pequeño corrió hacia ella y saltó a sus brazos.
—Mi pequeño —dijo Quimera abrazándolo. —¿Y tú hermano?
—Jace está en el patio —sonrió Luke mientras Quimera lo tenía en brazos.
—Quimera —sonrió Rhaenyra amamantando a Joffrey.
—Nyra —dijo Quimera acercándose a ella y besando su cabeza. —Es precioso —afirmó mirando al bebé.
—Vaya, veo que tienes visita, esposa —dijo Laenor entrando también a la habitación.
—Laenor —Quimera dejó a Luke en el suelo y abrazó al joven al que poco había visto pues se pasaba la vida en el mar junto a la flota de su padre. —Solo me visitas para que te cure los golpes —se quejó Quimera bromeando.

Tras ellos la puerta volvió a abrirse. Esta vez dejando entrar a Harwin Strong. Este se detuvo al ver a la reina y a Laenor en el lugar.

Laenor dijo que volvería luego al ver al Strong y Quimera se acercó a él. Harwin, con conocimiento de que Quimera lo supo desde el principio, abrazó a la reina.

—Tened cuidado y cuidad de Nyra —sonrió Quimera.
—Os lo prometo —dijo Harwin.
—Lucerys, ¿te apetece que vayamos a dar un paseo juntos? —preguntó Quimera a sabiendas de que Rhaenyra y Harwin necesitaban tiempo a solas.
—¡Sí! —exclamó Luke corriendo y dándole la mano para salir del lugar junto a ella. Al hacerlo Quimera se giró y guiñó un ojo a Rhaenyra antes de cerrar la puerta.

—Princesa Rhaenys —dijo Quimera al toparse con ella en el pasillo. —No os esperaba.
—Las noticias son rápidas y mi nieto ha nacido. Acabo de llegar.
—Así es, más Rhaenyra está agotada. Pero me honraría que nos acompañarais. Un potro ha nacido e iba a llevar a Luke a verlo.
—¡En serio! —preguntó Luke emocionado.
—Así es —sonrió Quimera.
—Os acompañaré —dijo Rhaenys tomando el brazo de Quimera.

Los tres llegaron con rapidez a los establos y Luke entró con el guardia a ver al potrillo, Rhaenys y Quimera entonces tuvieron un minuto a solas.

—¿Sabéis algo de vuestra hermana?
—Poca cosa, la verdad —dijo Quimera. —Que vivimos en el mismo palacio... Dice que todo está bien entre nosotras pero se ha alejado con los años...
—¿Y sus hijos?
—Han entendido rápido que son suyos. Cosa que agradezco. Helaena vive en su mundo pero Aegon y Aemond no me quieren. No demasiado. Otto les ha llenado la cabeza. He intentado acercarme a ellos pero... Es en vano. Otto les ha trastornado. Y tras tantos años Viserys decide dejarle aquí para que acabe por trastornarlo a él también.
—El reino, tiene suerte de teneros aquí. Quién sabe como hubieran sido las cosas si vuestro padre hubiera logrado casar al rey con Alicent.
—No os falta razón. Pero gracias. Espero haber obrado bien... ¿Cómo está Laena?
—Bien, debe alumbrar en breve. Está en Pentos con Daemon...
—Daemon no está en Pentos —dijo Quimera con preocupación. —Acabo de escuchar a Caraxes —declaró. —Coge a Luke —pidió Quimera a Rhaenys corriendo hacia uno de los grandes patios donde supo que descendería Caraxes.

—¡Quimera! —gritó Daemon saltando prácticamente de Caraxes y ayudando a bajar a la que supo que era Laena.
—Daemon ¿qué ha pasado? —dijo corriendo y viendo como este tomaba a Laena en sus brazos.
—El parto se ha complicado, o lo sacamos ya o morirá.
—Llévala a mis aposentos llamaré al gran maestre —dijo Quimera corriendo dentro del castillo.
—¡¿Qué ha pasado?! —preguntó Rhaenys a Quimera topándosela cuando entró.
—Luke ve con Jace. —el pequeño obedeció y se fue rápidamente. —Rhaenys es Laena. Su parto se ha complicado. Voy a llamar al gran maestre, Daemon la tiene en mis aposentos.

Rhaenys corrió a toda prisa sin esperar una sola palabra más. Quimera llegó con el gran maestre rápidamente.

—Alteza... —dijo el gran maestre.
—Debe haber algo que hacer. Daemon me sacó un bebé tras darme por perdida.
—Pero Laena no ha dilatado tanto. Si Daemon metiera la mano podría desgarrarla además tiene hereidas de montar el dragón. Podría dar infecciones. Lo mismo con vos, princesa Rhaenys. Podríais tener algún resto de cuerda o...
—¿Y si lo hago yo? Siempre me habéis dicho que mis manos eran finas y delgadas.
—Sería menos riesgoso, eso sin duda. Y no tenéis pieles ni heridas...
—Vale, yo lo haré —dijo Quimera, esta se arrodilló entre las piernas de Laena.
—Os indicaré, alteza, no debéis temer —dijo el maestre.
—Laena, lo siento si te hago daño —dijo Quimera, pero debido a los quejidos que está sufría por su propio dolor ni si quiera la escuchó.

Quimera obedeció al pie de la letra lo que el gran pester había indicado. Mientras lo hacía, Laena perdió el conocimiento.

—No os preocupéis, está viva, es por el agotamiento —declaró el gran maestre. Quimera terminó por sacar al niño muerto pues se había asfixiado con el propio cordón y el maestre pudo hacer que lentamente Laena recobrará consciencia y llamó a los demás maestres para revisarla.

Quimera salió del lugar seguida por Rhaenys mientras los maestres revisaban y esta se detuvo impidiendo que Quimera avanzara.

—No hay palabras que describan el agradecimiento que siento hacia lo que acabáis de hacer.
—Rhaenys. No tenéis nada que agradecerme...

Quimera iba a continuar hablando pero un grito por parte de Harwin atrajo su atención. Este discutía con Cole sobre los niños.

—Necesito que me disculpéis —dijo Quimera. —Debo intervenir. Avisadme de cualquier avance sobre vuestra hija —dijo abandonando el lugar.

Viserys, quien vio bajar a Quimera a toda prisa, reconoció lo que su esposa estaba a punto de hacer. Pues pocas cosas sacaban de quicio a la reina pero sin duda Criston Cole era una de ellas.

QUIMERA HIGHTOWER (Rhaenys Targaryen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora