13

709 59 0
                                    

Quimera se encontraba en el salón en el que anteriormente había besado a Rhaenys, en el sofá en el que antes estuvo. Había estado con Jace y Luke, se había dado un baño y ahora sujetaba su cabeza entre sus manos.

—Las niñas se han dormido, por fin y he aprovechado para darme un baño —dijo Rhaenys entrando.
—¿Sí? —preguntó Quimera incorporándose. —Luke y Jace también. Lo de esta noche ha sido una locura.
—Lo ha sido, sin duda. ¿Os encontráis bien?
—Consternada pero sí. Alicent ha dejado a la luz lo que la corte sabe. Que son sus hijos. Su manera de actuar lo ha denotado. Mi padre la ha absorbido. La he perdido. He perdido a mi hermana.
—Lo siento —dijo Rhaenys sentándose a su lado.
—No tenéis nada que sentir.
—Deberíais dormir.
—No me ha entrado sueño... Quedan pocas horas para el amanecer.
—Deberíais aprovecharlas —dijo Rhaenys.
—Venid a mis aposentos, podréis dormir ahí. Puedo dormir en otro lugar.
—No, quedaos conmigo. No quiero dormir sola, no creo que pueda. Si no os importa.
—Por supuesto —dijo Rhaenys levantándose y tendiendo su mano a Quimera.

Esta la tomó y ambas se trasladaron a los aposentos de la princesa.

—¿Queréis algo de ropa de dormir?
—La llevo puesta, princesa —sonrió Quimera.
—Vaya, es tan bonito que pensé que era un vestido.
—Lo hicieron las costureras cuando me quedé embarazada. Es tan cómodo como bello.
—Puedo verlo —dijo Rhaenys dando una mirada general a Quimera.

Ambas se metieron en la cama y Quimera miró a Rhaenys.
—Mi sobrino ha dejado tuerto a mi supuesto hijo. ¿Cómo se supone que debo actuar?
—Cualquier represalia caerá contra Viserys por hacerte cargar con sus bastardos.
—Parece mentira, princesa. Lo decís como si no conocierais a los carroñeros de la corte. Me culparán por no haberle dado hijos.
—Tenéis razón, solo intentaba que os sintierais mejor —declaró Rhaenys. —Pero creo que cargarían contra vuestra hermana antes que contra vos... Por seducirlo o quién sabe qué inventarán...
—Tenéis razón.
—Deberíais dejar de dar vueltas a las cosas y tratar de dormir.
—No puedo... —musitó Quimera.
—Alteza...
—Rhaenys nos hemos besado y estoy acostada a vuestro lado, creo que podéis dejar esa formalidad. —dijo Quimera mirando los ojos de la princesa Rhaenys. Aunque su mirada se desviaba a los labios de la misma una y otra vez sin que la reina pudiera controlarlo.
—Quimera... —trató de decir Rhaenys. Pero entonces Quimera acarició el rostro de esta. Rhaenys miró los labios de la reina, los cuales parecían atraparla como si de una maligna llamada se tratara.

Sin poder resistirse, Quimera se inclinó para besar a Rhaenys y está la recibió de buena gana colocando su mano detrás del cuello de la Hightower para profundizar el beso.

Rhaenys tiró de Quimera y esta quedó a horcajadas sobre ella sin dejar de besarla, mientras las manos de la princesa Targaryen se movían a las piernas de Quimera para amontonar su vestido de noche en su cintura.

Quimera besó el cuello de Rhaenys y está en un movimiento rápido la giró quedando sobre ella, para comenzar a besarla de nuevo y quitar el camisón de la misma.

La reina quedó desnuda y el tacto de la piel de Rhaenys contra la suya la hizo estremecer. Tiró del camisón de Rhaenys deshaciéndose de este también dejando a la princesa desnuda contra su cuerpo.

Rhaenys entonces comenzó a besar a Quimera por todas partes mientras esta gemía levemente el nombre de la princesa.

—Rhaenys... —musitó cuando esta bajaba dejando un camino de besos por su abdomen.
—¿Quieres que pare?
—No, pero jamás he hecho esto con una mujer... Quería que lo supiera.
—Yo tampoco —dijo Rhaenys. —Solo quiero complacerte, si me permites...
—Por favor —casi gimió Quimera al sentir la palma de la mano de Rhaenys contra su intimidad.

Quimera gimió y Rhaenys dejó un beso en su punto más sensible haciéndola estremecer antes de meter dos dedos en ella.

La reina gimió al sentirse llena por los dedos de la princesa Rhaenys y la lengua de la misma sobre su montículo llevando una danza matadora que le proporcionaba incontrolables oleadas de placer una tras otra.

Quimera trató de no gemir con demasiada intensidad pero estaba segura de que nunca había sentido un orgasmo tan potente como el que estaba sintiendo con los dedos de la princesa en su interior.

Tras unas embestidas, arqueó su espalda y apretó las sábanas sabiendo cómo se vaciaba sobre los dedos de Rhaenys. La princesa acompañó a Quimera en el descenso del orgasmo y cal finalizar sacó sus dedos de ella y los chupó gratificantemente, haciendo que Quimiera se encendiera más si es que eso era posible.

—¿Fue de tu agrado? —preguntó Rhaenys encima de ella antes de besarla.
—Lo es —contestó Quimera contra sus labios aún intentando recuperar su respiración. —Quiero que te corras también —dijo rebosante de lujuria.

La reina no dejó contestar a Rhaenys. Se movió y se colocó sobre ella antes de comenzar a besarla para proceder a morder su cuello. Arrancando así un gemido de la garganta de la princesa.

La reina no tardó en replicar lo que Rhaenys había hecho en ella, con la diferencia de que esta pidió un tercer dedo dentro de ella. Quimera comenzó a embestirla mientras con su lengua consentía su clítoris. Las embestidas eran duras y Rhaenys tampoco pudo evitar gemir aunque trató de no hacerlo demasiado alto.

Rhaenys se corrió en los dedos de Quimera y posteriormente está la besó. Ambas se quedaron en la cama, Quimera estaba contra el pecho de Rhaenys. Sintiéndose protegida por primera vez después de mucho tiempo. Después de años, sintió que no tenía que dormir  alerta, que estaba a salvo y que podría descansar debidamente. Que había alguien que de algún modo u otro la apreciaba y con ello, la reina, no tardó en conciliar el sueño.

Rhaenys también se sentía bien. Había observado a la reina desde hacía años y tenerla entre sus brazos es algo que jamas pensó que pasaría, pero que deseó enormemente.

QUIMERA HIGHTOWER (Rhaenys Targaryen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora