—Empiezo a creer que Daemon tiene razón —dijo Quimera. —Que deberíamos terminar esta guerra de una vez. No tenía que haberse ido a Harrenhal...
—Traerá leales adeptos que lucharán por la reina.
—No quiero matar a inocentes. Siento que todo esto está alargando una lucha inevitable. Quizá deberíamos matar a sus dragones y tomar el poder.
—Estoy a tu servicio, mi reina —dijo Rhaenys acariciando la espalda desnuda de Quimera.
—Ya no soy la reina.
—Siempre serás mi reina —dijo Rhaenys antes de besarla.
—Te quiero, Rhaenys. Necesito que me prometas que no antepondrás el deber y el honor a tu bienestar.
—Quimera las guerras...
—No me importa. No puedo perderte, Rhaenys. Cada día lloro a Luke, pero me mantengo fuerte en público por Rhaenyra y viva por ti. No sé qué haría si te perdiera.
—Tienes a Daemon, y a Rhaenyra, a Laena y a los niños y ellos te quieren.
—Y les quiero, pero Rhaenys. Nunca he querido a nadie como te quiero a ti. Jamás... No sabía que era posible. Por favor... —pidió Quimera tímidamente abrazando a Rhaenys y escondiendo la cabeza en su cuello. —Por favor, no me dejes...
—No lo haré —dijo Rhaenys girando su cabeza y besando la frente de Quimera. —No tengo intención de irme de tu lado. También te quiero, Quimera.
—Tengo miedo. No soy como tú. No soy una Targaryen, no soy una jineta, ni surco los cielos.
—Siempre podrás hacerlo conmigo y con Meleys, nada nos gusta más que que vueles con nosotras —dijo Rhaenys acariciando el pelo de Quimera, haciéndola sonreír.
—Le refiero a que... Me siento inútil, por qué que cuando se desate esta guerra no podré luchar. No podré ayudar. No tengo nada que hacer contra un dragón.
—Eres la mejor estratega de los siete reinos.
—Pero eso no basta.
—Quimera. Te exiges demasiado...
—No Rhaenys. —dijo Quimera levantando la cabeza y mirándola. Entonces la princesa pudo darse cuenta de que los ojos de la que fue la reina se encontraban cristalizados. —Mis estrategias no salvaron a Luke —dijo derramando una lágrima. —Si tan solo hubiera ido yo... Si le hubiera acompañado, ido por mar o...
—Quimera, no permitiré que te culpes por el asesinato de Lucerys. No podrías haber hecho nada de haber estado ahí, y tú también podrías haber muerto.
—¿Sabes cuantas pesadillas he tenido? ¿Cuánto he pensado en cuan asustado debió sentirse? Estaba solo y desprotegido. Debió estar aterrado, querría volver a casa y abrazará a su madre o a mí o a quien fuera que lo hiciera sentir seguro. Y se lo arrebataron.Quimera fue incapaz de contener las lágrimas y comenzó a llorar tapando su cara con sus manos. Entonces la princesa tiró de ella y la abrazó con fuerza brindándole el refugio que necesitaba.
—Llevas muchos días siendo fuerte por todos nosotros. Desahógate, yo estoy aquí. Siempre estaré aquí —dijo sin soltar a Quimera. Quien abrazaba con fuerza a la princesa Targaryen sintiéndose protegida como necesitaba.
—Deberíamos mandar a las niñas lejos. A Pentos. Es el lugar más seguro...
—Se sienten honradas de poder participar.
—No quiero que mueran —dijo Quimera. —Tenemos a Laena con Vaghar, Daemon está en Harrenhall con Caraxses, Nyra y Syrax...
—¿Y yo?
—No quiero que luches. Si pudiera te encerraría en esta habitación junto a mí hasta que termine esta locura.
—Rhaenyra no prescindirá de Vermax y Danzarina Lunar.
—No quiero que Jace tenga que entrar en combate, ni que Baela lo haga. Confío en ellos, y es por eso mismo que quiero que estén a salvo.
—Eso quiero yo también, pero no es tan sencillo.
—Lo sé... No paro de pensar en que debí intentar ser más cercana a mi hermana pese a los muros que ella construía entre nosotras.
—Ella te traicionó, y eso no es culpa tuya. Has hecho lo que has podido. Deja de culparte. Deberías dormir un poco, sé que estas semanas no lo has hecho demasiado...
—No puedo. Daemon tenía razón, Rhaenys. Esta guerra ya es inevitable. Cuánto más alarguemos este sufrimiento, peor será. Los verdes van a atacarnos, es solo cuestión de tiempo. Sé que tu opinión es llegar a un acuerdo, firmar una paz y es lo mejor, de verdad pero... Los conozco mejor que nadie. Otto y Alicent jamás habrían permitido una estupidez como la que hicieron intentando matar a Nyra de ese modo. Aegon ha tomado el poder. Y Aegon nos llevará a la guerra más pronto que tarde. No quiero derramar sangre, pero si no actuamos ya, lo harán ellos. Deberíamos reunir a los dragones, ellos tienen a Fuegosolar y a Vermithor.
—¿Y Fuegosueño?
—Helaena no luchará. Si es lista cogerá a la hija que le queda y se irá lejos. No desea una guerra, ni si quiera deseaba odiarme como le impusieron Otto y Alicent. Cuando era una niña me hablaba de sus insectos... —dijo Quimera con nostalgia. —Ojalá no la hubieran separado de mí, si la hubiera traído aquí habría estado a salvo. Es la única inocente en ese nido de víboras.
—Lo hecho, hecho está...
—Caraxes y Vaghar acabarían fácilmente con Vermithor. Y Syrax con Fuegosolar. No es lo ideal. Pero sería rápido.
—¿Dónde me deja eso a mí?
—Aquí conmigo.
—Quimera...
—Rhaenys, no dudo de tus capacidades, sé que Meleys es la más rápida, vuestro vínculo es el más fuerte y eres la mejor jineta que conozco.
—¿Y desaprovecharías ese potencial teniéndome aquí?
—No me perdonaría que algo pudiera salir mal y perderte. Rhaenys eres lo único que me queda. Perdí a mi hermana, a mi familia, a Luke... En Antigua me toman por traidora. Mi hermano me odia. Todos lo hacen. Te tengo a ti.
—Tienes a Daemon. Os queréis mucho.
—Pero estoy enamorada de ti. Como nunca antes lo había estado y no podría soportar el que algo te pasara por mi culpa. No puedo perder a la única que me hace querer despertar cada día, Rhaenys. De no ser por ti... No sé dónde ni cómo estaría... No puedo perderte... No puedo.
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QUIMERA HIGHTOWER (Rhaenys Targaryen)
RomanceCuando la reina Aemma murió, Otto pensó que casando a su hija mayor, Quimera, con el rey Viserys, tendría una mayor influencia en el trono. Pero no contaba con que está no se dejaría manipular como sí lo hubiera hecho su joven hermana, Alicent Hight...