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Han Seo-jun entró al salón de clases acercándose a Soo-jin, su labio estaba roto, pero se miraba bien de lejos.
— Ven conmigo — ordenó.
— ¿Por qué? — preguntó Soo-jin.
— ¿Quieres que te lo diga aquí? — preguntó Seo-jun, por lo que la pelinegra lo entendió todo.
— La clase comenzará ahora.
— Dije que vinieras ahora.
Han la tomó del brazo y la sacó del salón de clases arrastras, hasta la parte trasera de la escuela.
— Dime por qué hiciste eso — ordenó Han — borra el video de Ji-Kyung.
— No.
— ¿No? — Han le quitó el celular a la pelinegra, esta se lo arrebató.
— No te incumbe.
— ¡Claro que me incumbe! Revelaste algo que en verdad le afecta... ¿Que crees que dirá Su-ho? bórralo inmediatamente antes de que le diga.
— Dile — respondió sin interés — No tengo miedo.
— ¿Cómo?
— De igual forma si lo borro no servirá de nada, ya todos vieron el cuerpo de Ji-Kyung.
— ¿Por qué estás haciendo esto? entiendo por qué se lo hiciste a Joo-Kyung, pero a Ji-Kyung... ¿ella que te hizo?
— Yo no quise publicar el video de Ji-Kyung, Jae-jun me dijo que lo hiciera con la condición de que me mandara los videos de Joo-Kyung, no tiene nada que ver contigo o con tu novia.
— ¿Qué es lo que quieres hacer? ¿quieres destruir la vida de Joo-Kyung? — se acercó más a ella — solo te destruiste a ti misma.
Dicho eso, Seo-jun se alejó de ahí dejando sola a Soo-jin.
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Ji-Kyung despertó deseando que todo fuera un sueño, lamentablemente no lo fue.
Se sentía desnuda, se sentía expuesta, se sentía humillada, quería morirse.
¿Y si lo hacía? Tal vez si moría ya no tendría que vivir con esa humillación.
