AQUÍ NO

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—Aquí no, Matt. Aquí no —Mis labios están en su cuello y lo beso poco a poco mientras mis manos acarician sus caderas—. Estamos en un restaurante carísimo y quieres follar en el baño.

Lo último lo dice susurrando y me pone todavía más cachondo. Miro nuestros cuerpos en el espejo del minúsculo baño y lamo su cuello.

—Pues para ser carísimo, los baños son una mierda. Son enanos y yo ya soy un hombre hecho y derecho para tener un baño en condiciones.

Suelta una risita y toma mi rostro entre sus manos. La miro y soy incapaz de tocar su trasero porque este está contra el lavabo.

—¿No eres un niño? —me pregunta acariciando mis mejillas con sus pulgares. Cojo una de sus manos y la llevo hasta mi entrepierna.

—¿Hablas en serio? —Paso mi lengua por mis labios viendo cómo su mirada se mueve desde mi entrepierna hasta mi rostro.

Su mano se deshace de mi agarre y empieza a desabrochar mi cinturón con solo esta mano. Con la otra, intenta subirse al lavabo.

Coloco mis manos en sus muslos y la subo en éste con un movimiento rápido. Busco el final de su largo vestido rojo y quiero romperlo para poder sentir su piel. Levantó la tela y ella se abre de piernas dejándome ver unas tangas de un color rosa que me parece bastante dulce.

Es ahí cuando coge mi rostro y me acerca a ella para que la bese. Muevo mis labios haciendo que el beso sea uno lleno de deseo y de amor al mismo tiempo.

Apartó su ropa interior a un lado y un dulce gemido sale de su boca cuando me siente dentro de ella. Me mira con los ojos bastante abiertos y luego los cierra cuando voy empujando más dentro de ella.

Una de sus manos sostiene la tela del vestido y con la otra se sujeta en mi hombro. Mis manos, en cambio, se encargan de lo más importante: el placer.

Una sostiene su cintura y la otra está a punto de tocar el punto que le vuelve completamente loca.

—¿En serio lo vas a hacer? —me pregunta cuando estoy totalmente dentro de ella. Mira hacia abajo e intenta no gemir cuando ve que mi miembro está dentro de ella.

—Claro que lo voy a hacer. Te encantará —sonríe a punto de reírse.

—Sé que me encantara, tú sólo...

Comienzo a mover mis dedos en círculos encima de su clítoris y siento cómo su vagina se contrae alrededor de mi polla cuando empieza a sentir placer.

Muerde su labio inferior intentando no gemir muy alto mientras no detengo mis dedos y me muevo dentro de ella.

La penetro más fuerte esta vez y mis dedos se mueven más rápido. Un pequeño grito sale de su boca y golpea mi hombro con su mano hecha un puño.

—Nos pueden escuchar —se queja mientras no paro con mis movimientos.

—Y dime, ¿desde cuándo te gusta tener un momento muy delicioso conmigo en silencio? acerco mi boca a la suya. Sonríe y comienzo a besarla.

Gime dentro de mi boca y dejo que se separe de esta para que coja aire. Sus ojos están cerrados y su pecho sube y baja.

Se agarra a mi chaqueta negra y gime alto. Gimo con ella y me mira a los ojos.

—Estoy a punto —me dice agarrando mi chaqueta con fuerza. Al escucharla, me excitó todavía más y siento mucho más placer.

—Hazlo. Hazlo, nena.

De su boca sale un grito acompañado con un gemido muy seductor. Su vagina, de nuevo, se contrae alrededor de mi miembro.

La sostengo mientras nos abrazamos. Escondo mi rostro en su cuello y gimo su nombre alcanzando mi orgasmo.

Escucho su dulce risa y me da un pequeño beso en la punta de la nariz. Su respiración es tan agitada como la mía.

—Somos demasiado —dice sujetando mi rostro mientras mis brazos están alrededor de su cintura.

—Me encantas. Adoro hacer esto contigo, t/n —confieso y ella mueve un poco mi pelo.

—Me encanta cómo dices mi nombre.

𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧 𝗠𝗔𝗧𝗧 𝗦𝗧𝗨𝗥𝗡𝗜𝗢𝗟𝗢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora