𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧 𝗠𝗔𝗧𝗧 𝗦𝗧𝗨𝗥𝗡𝗜𝗢𝗟𝗢

ANAL

—Joder, cómo aprietas —Gruñó directamente en tu cuello, mientras seguía dándote fuertes embestidas, llegando a lugares extasiados y desconocidos, debido a lo bien dotado que estaba.

Ambos de pie, tú boca arriba, presionando tu espalda contra el pecho de tu novio, con tus manos en la superficie frente a ti, sintiendo claramente la pelvis de Matt golpear tu trasero.

Te sostuvo fuertemente por las caderas, su mano derecha agarrando tu piel; mientras su mano izquierda envolvía tu cintura en un abrazo, y profanaba tu entrada con sus dedos, bruscamente pero sin lastimarte, gracias a lo lubricada que te encontró, sólo para él.

—Matt. —usted jadea, tratando de mantenerlo lo más silencioso posible.

—Estás empapada —Matt sonrió con orgullo, mordiendo con fuerza la piel de tu hombro.

—Te excita cuando te lleno por ambos lados, ¿no? —Matt cuestionó, sabiendo la respuesta más que bien.

Estaba penetrando a su bella novia por ambas cavidades, mientras su falo te llenaba por detrás, sus largos dedos entraron en tu cavidad vaginal, desde su posición de "abrazarte" por detrás.

Asientes rápidamente ante la lasciva pregunta, estando completamente de acuerdo con él, mordiéndote el labio al sentir los dedos de tu novio, completamente mojados, golpeando tus paredes vaginales, justo en ese delicioso punto que encontraba con gran facilidad cada vez que te penetraba.

El duro falo de Matt sólo salió a mitad de camino antes de enterrarse nuevamente dentro de su cavidad anal, quedando prácticamente asfixiado por el interior de su hermosa chica.

—¡Se siente tan bien! —Jadeas con las manos ligeramente apoyadas en los azulejos del baño de la universidad.

Una agradable noche de estudio en la biblioteca abierta las 24 horas, los 7 días de la semana.

Convertido en un Matt caliente masturbando a su hermosa chica debajo de la mesa, para culminar ese morboso momento en ese cubículo del baño, donde cualquiera podía tener acceso.

Matt era más que consciente de los fetiches que llevaba su hermosa novia, sabiendo lo mucho que la excitaba hacerlo en lugares públicos. Ella decidió ceder un poco, y deja que esa tarde tranquila de tiernos besos y lectura se convierta en una brutal sesión anal en uno de los espacios del gran baño de mujeres.

Matt no era un gran fanático de ser descubierto, odiaría que alguien tuviera el lujo de observar a su chica en situaciones comprometedoras; sentí que profanarían aquello que cuidaba y adoraba con devoción, pero le habías contado de la fantasía en el baño hace un par de días, y de cómo él estaba allí para cumplir cualquiera de tus caprichos, aquí estaba, sin cualquier queja, disfrutando de ese cuerpo que tanto glorificó.

—¿Qué tan cachonda tienes que ser para excitarte cuando te pillan siendo follada aquí? —Cuestionó Matt, mientras sentía que tu interior apretado se contraía aún más ante las palabras degradantes de Matt.

Humillación, sumisión, dominación, denigración, fetiches compartidos y más que mutuos en su preciosa relación.

—Demasiado... ahora, dámelo más fuerte. —exiges en un gemido con expresión de puro éxtasis, moviendo tus caderas hacia atrás, hundiendo esa erección hasta el fondo de tus entrañas, provocando un gemido bajo y ronco de tu novio.

—Yo estoy liderando el camino —dijo Matt exigentemente, llevando su gran mano desde el hueso de tu cadera hasta tu cuello, presionando su pecho lleno y fornido contra tu estrecha espalda.

Matt hundió sus dedos en esa tierna carne, privándote de oxígeno; mientras bombeaba muy fuerte y lentamente dentro de ti, dejando gruñidos y suspiros llenos de excitación, justo en tu oído, el cual solo podía soltar gemidos tratando de hacerlos lo más bajos posibles, solo audibles para tu hombre.