CINE

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Matt había terminado su trabajo temprano, estaba tan relajado que tomó su teléfono celular para enviarte un mensaje de texto con las buenas noticias, pero luego se dio cuenta de que tenía algunos mensajes tuyos.

Abrió el chat y su rostro se transformó, había unas fotografías sensuales y unas notas de audio que antes de reproducir bajó el volumen lo suficiente para que solo él pudiera escucharlas.

Sus oídos se llenaron de gemidos gritando su nombre y pidiendo atención.
Finalmente sonríe y decide enviarte una nota de voz también.

—Buenas noches preciosa, querida, cariño, cosita. —inicia su mensaje de audio. Que lindo salir del trabajo, me voy con una sonrisa en la cara porque verte así y escuchar esos ricos audios, en fin, no quiero empalagarme aunque creo que ya lo tengo. —se queda pensativo, antes de regresar a lo que iba—. Bueno treinta minutos te doy ¿Vale? He salido antes —comenta con una sonrisa en los labios—. Ponte guapa que nos vamos al cine o mejor dicho ponte cómoda porque va a hacer muchísimo calor, yo llevaría un vestido o algo —divaga camina por los pasillos mientras se relame los labios—. Sabes estoy caprichoso, te vas a poner el vestido, el blanco de flores, nada más. Te cojo ¿Vale? Te mando un beso, ya quiero verte chau —mando un beso y envía el audio a su chica.

Te encontrabas esperando a tu novio, estabas como él te ha pedido, luciendo aquel vestido corto blanco con algunas flores dispersas.

—Pero mira que guapa está mí niña, por favor— su voz se hizo presente y no pudiste evitar sonreír feliz —Hola —te saluda con un beso largo en los labios y antes de separarse vuelve a darte otro beso, pero esta vez es uno corto—. Dios —deposita un beso corto nuevamente y finalmente toma distancia—. Espera, deja que te vea.

Te escanea por completo con sus ojos, tenía una gran sonrisa en sus labios y sus ojos brillaban de una manera poco común.

—Me encanta, me encanta ese puto vestido que llevas —se acerca nuevamente y te besa tomando tu rostro entre sus manos para profundizar un poco más.

Lo apartas con cuidado tímidamente, habían demasiadas personas en el sitio.

—Matt, por favor hay personas viendo.

—Bueno, pero yo hago lo que me salga de las narices —dice alzando una ceja—. ¿O que me lo vas a impedir? Anda venga.

Retoma su posición nuevamente y te besa como se le da la gana sin importarle las personas alrededor. Era casi como un beso íntimo, un beso tan necesitado.
Una vez que toma distancia te dedica una sonrisa.

—Que ganas tenía de verte —te confiesa y tu corazón se acelera por sus palabras—. Bueno te daría a elegir, pero me han hablado de una... —se refiere a la película que verían—. Bueno ya se que no será tu favorita —se ríe culpable—. Pero luego puedes elegir tu donde cenamos ¿Vale?

—Disparos, escenas de guerra y persecuciones —pones tus ojos en blanco sabiendo lo que seguramente tu novio querrá ver.

—Si, tiros, guerra —enumera—. Tu lo has dicho —confirma tu teoría—. Es lo que hay, es lo que toca, no... Hoy no —se defiende—. Hoy la película me apetece a mí, ¿vale? Luego ya me maltratas en la cena que elijas.

Tarareas como respuesta y caminan el uno al lado del otro, Matt se veía tan guapo el día de hoy, tan jodidamente bien.

—¿Qué tal ha ido el día? ¿Qué tal estás? —te pregunta y entonces empiezas con tu charla sin fin de tu arduo día en su ausencia.

Le comentaste una situación random que había ocurrido en el día, hasta que llegaron a la taquilla de los boletos, había una amplia fila por lo que te pidió que tomarás asiento no muy lejos mientras él los obtenía. Durante su ausencia ni pudiste evitar verle con sumo detalle, la vista desde atrás tampoco era desagradable. Una vez que obtuvo los tickets regresó donde tu.

𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧 𝗠𝗔𝗧𝗧 𝗦𝗧𝗨𝗥𝗡𝗜𝗢𝗟𝗢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora