¿Y SI TE HAGO UN HIJO?

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Parado frente a la góndola de cosas femeninas en la farmacia paseando mi vista por los estantes. Perdido. Con los brazos cruzados y buscando los tampones que me había pedido y/n. Apenas estaba por volver a casa y me tuve que frenar para comprarle eso. Incluso le había preguntado cuál quería y me ella solo dijo "uno de cajita rosa, flujo intenso." ¿Es tonta?, hay como diez que dicen lo mismo. Todas son cajas rosas a lo sumo rosa con otro color.

-¿Primera vez? -una voz femenina me hace voltear un poco la cabeza. Una mujer con su carrito me miraba curiosa.

Asiento rendido. Me puedo imaginar la cara de estúpido que tengo porque hace cinco minutos estoy viendo la cantidad de variedad, tamaños, marcas y demás que hay de los dichosos tampones que me pidió y/n.

-Mi novia me pidió que venga a comprar pero no tengo idea -explicó señalando la góndola.

-Te ayudo -sonríe amablemente- ¿tampones o toallitas?

-Tampones.

-¿Cuándo le bajó?

-Ayer -respondo.

Agarra una caja del estante del medio y me la extiende.

-Llévale esa.

-Gracias -le agradezco sonriendo. Ella me sonríe también, agarra un par de cosas y se va. Aproveché y agarré diez cajas de tampones. La caja decía que venían seis. ¿Usaba seis por día?. Prefiero no preguntar, no pensaba quedarme otra media hora parando frente a la góndola.

Pago en la caja, le compró un par de dulces y chocolates que sé que le encantan y me marcho hacia casa. Y/n cambiaba mucho su humor cuando venía. O estaba todo muy bien o estaba todo muy mal. Muy sensible o muy de mal humor. No tiene punto medio. Ya iban a ser tres meses que estamos juntos, en pareja oficialmente. Aunque cada uno tiene su casa, ella se la pasa en la mía.

Follar todo el tiempo, salir a pasear, hacer cosas juntos, despertarme con ella al lado. ¿Qué más podía pedir?, cada día era algo nuevo con ella. No me aburría nunca.

Entró a casa y cerró la puerta ojeando la sala, extrañado de no ver a y/n. Pero doy unos cuantos pasos y la veo bajar corriendo las escaleras. No me da tiempo ni a reaccionar y ya está saltando encima mío, enredando sus brazos a mi cuello y sus piernas a mi cintura. La agarro como puedo por el culo sin soltar la bolsa de la farmacia y sonrío sobre su boca cuando me besa.

-¿Me trajiste chocolates? -pregunta haciéndome ojitos.

-No me pediste.

Automáticamente cambia su expresión a una sería y yo no puedo evitar soltar una carcajada mientras camino hacia la sala con ella a upa. Le doy un beso en la mandíbula mientras tiro la bolsa en el sofá y me siento con y/n encima de mi regazo.

-Sí te traje tonta -sonrió subiendo mis manos por la curva de su culo y su espalda hasta acariciarle la cintura con mis dos manos.

Ella voltea los ojos y me da un beso en la boca para después agarrar la bolsa, mirando el contenido de esta. Me mira con diversión.

-¿Por qué compraste tantas cajas? -esta vez ella es la que suelta una carcajada. Agarra un chocolate y deja la bolsa a un costado nuevamente.

-Qué se yo cuántos de esos te metes por día -me encojo de hombros. Muerde un trozo de chocolate y después me da uno a mi en la boca.

Sos un exagerado, la otra vez te mandé a comprar una pastilla para el día después y me compraste diez, lo mismo cuando te mandé a comprar esponjitas de maquillaje.

-Bueno tú me enviaste a comprar -hago una mueca apretándole el trasero y dejándole leves palmaditas, jugando con él-. Hablando de la pastilla, no me gusta usar condones -me quejo. Hace unas semanas y/n se había sacado el diu y ahora teníamos que protegernos cada vez que follabamos, no me acostumbraba ni en pedo. Si me encantaba llenarla de leche.

-Tengo que ir a la ginecóloga para que me recete pastillas -murmura terminando de comerse el chocolate contenga.

-¿Y si te hago un hijo? -bromeó empujándola hacia mi por la espalda.

𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧 𝗠𝗔𝗧𝗧 𝗦𝗧𝗨𝗥𝗡𝗜𝗢𝗟𝗢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora