• Parte 2

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Autumn se acercó a la puerta y luego de sacar el aire miró la pantalla de seguridad y, abrió la puerta para recibirla.

—Hola —emitió regalándole una sutil sonrisa la joven mujer—. Pasa, por favor.

—Hola, Autumn, ¿cómo estás?

—Muy bien y ¿tú?

—Muy bien también —respondió—, aunque con muchas dudas si venir o no.

—No sabía si venías porque no me enviaste ningún mensaje.

—No quería que lo supieras porque posiblemente a último momento te cancelaba.

—Te he puesto un cubierto igual, venías o no.

—Gracias. Traje algunos regalos.

—No debiste molestarte.

—No fue molestia, son algunos para ti y para tu hogar.

—Te lo agradezco mucho.

Avalon le entregó todas las bolsas y ella las dejó sobre el largo sillón.

—Los abriré después de almorzar para no esperar tanto en que se enfríe la comida.

—Sí, tranquila, lo entiendo.

—No sabía que venías —le contestó sorprendido Anthony y saludándola.

—Nadie lo sabía, solo Colin —le dijo su hija.

—Espero que no te moleste que esté aquí —se excusó Avalon.

—Para nada, será bueno que estemos todos juntos.

Los demás se fueron a la sala de estar donde estaban los verdaderos padres de la maquilladora y ella. Autumn los miró y luego habló para que la familia entera la escuchara.

—Les presento a Avalon, algunos ya la conocen, por ser la dueña de la marca con el mismo nombre, pero otros no, así que, se las presento, ella es Avalon, mi madre, mi verdadera madre —les comunicó y de a poco fueron a saludarla mientras se presentaban con nombre y parentesco.

—Bienvenida a nuestro hogar, suegra —le dijo y la abrazó dándole un beso en la mejilla.

—Muchas gracias, Colin —le recibió el saludo también.

Luego de aquello, se sentaron alrededor de la mesa y comenzaron a almorzar.

Después de comer, hicieron una sobremesa para charlar entre todos, pero Autumn se levantó para ir a la cocina a preparar el postre, Avalon la siguió.

—¿Quisieras que te ayude a servirlo?

—B-bueno, está bien —le comentó y le indicó dónde tenía que buscar los platos pequeños y los tenedores de postre.

—Sé que el título que les dijiste a los demás fue solamente para que ellos entendieran, de lo contrario, hubiera sido un poco raro que invitaras a la dueña de la cosmética por gusto —expresó con incomodidad.

—Es cierto, pero no me sonó raro al pronunciarlo y tampoco al oído, puede parecer apresurado o raro para los demás, pero no para mí, sobre todo porque esperé mucho tiempo para tener una verdadera madre.

—Yo no espero que me quieras como una madre si por ahora no lo sientes así, como te he dicho antes, no pretendo nada de ti si a ti no te nace hacerme o decirme algo cariñoso, es completamente comprensible con todo lo que sucedió.

—Lo sé, pero si tú estás dispuesta a ser mi madre a partir de ahora, intentaré ser tu hija yo también a partir de este instante.

—Autumn —sollozó y sujetó una de sus manos entre las suyas—, no me alcanzará la vida para pedirte perdón por dejarte en una casa donde nunca te trataron con cariño.

—Puedo entender el porqué tuviste que dejarme, pero sé que tú tampoco sabías cómo iban a ir las cosas a medida que iba creciendo, no estaba en tus manos hacer algo.

—Pude hacer cuando me enteré de que eras maltratada, sin embargo, no me metí para no generarte una angustia más.

—Creo que lo comprendo, por lo menos papá se dio cuenta de las cosas gracias a su amigo y a Colin.

—Lo sé, pudiste salir adelante y me pone feliz saber que eres tú feliz ahora.

—¿Puedes darme un abrazo? —se lo pidió sin vueltas y expectante.

—¿Quieres que te abrace? —repitió su pregunta y la joven asintió con la cabeza, pero no le respondió.

Avalon se acercó a la chica y la abrazó por los hombros mientras que Autumn por la cintura. Recargó su barbilla sobre el hombro y sintió cómo de a poco se le aguaban los ojos.

Era la primera vez que una figura materna la abrazaba como lo estaba haciendo Avalon en aquellos momentos, en su tiempo Heather nunca la había abrazado y a decir verdad no quería que lo hiciera porque sabía las malas intenciones que tenía esa mujer con ella. La mujer que estaba abrazándola ahora, si bien no la conocía y debían conversar mucho, la sentía genuina, sin otra intención más que la de intentar ser parte de su vida como el papel que había dejado atrás desde que ella había nacido, el de ser una madre para la joven porque realmente lo necesitaba, necesitaba tener a alguien que la apoyara en sus cosas y en compartir momentos.

El llanto llegó como algo inevitable y cuando Avalon la escuchó llorar, no pudo contener las lágrimas tampoco. De aquel modo se quedaron durante varios minutos.

Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora