• Parte 7

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Una hora y media después regresó al baño para verlo y suspiró cuando el aparatito marcó una sola raya, lo tiró al tacho de la basura y quedó con una sensación rara, no estaba triste, pero tampoco feliz.

Era consciente de que si quedaba embarazada las cosas se iban a complicar más si su familia se enteraba de que el contrato había desaparecido y ellas jamás irían a tener la cuarta parte de las acciones de la empresa The Privilege, porque un embarazo para ellas dos era sinónimo de una relación sólida y un divorcio que nunca se iba a llevar a cabo.

Las cosas ya de por sí estaban bastante complicadas como para pensar o planear un embarazo, pero también era consciente de que cada vez que tenían relaciones no usaban protección y eso aumentaba más la posibilidad de uno.

El tiempo pasó y entre una clienta y la otra se hizo la segunda prueba de embarazo en la media hora que debía esperar a la siguiente chica que se atendía con ella.

Atendió hasta las siete de la tarde y cuando despidió a la última se puso a guardar los maquillajes y acomodar el escritorio.

Quería despejarse la mente porque los problemas con su familia a veces la superaban y sabía que Summer y Heather no se quedarían de brazos cruzados, aunque su padre reaccionó tarde, pero lo hizo porque tuvo gente a su alrededor y a ella para que abriera los ojos y se diera cuenta de lo que pasaba.

La semana que venía iba a ser la reunión y sabía bien que ahí iba a ser el final de toda relación con ellas dos, en parte estaba esperando ese momento para liberarse y que la dejaran vivir tranquila, pero por otro lado se sentía angustiada porque aun cuando las dos eran arpías con ella, las consideraba su madre y su hermana, pero no podía esperar de nada de dos personas que jamás la habían tenido en cuenta y, sobre todo, la consideraban parte de la familia.

Todo estaba caldeado y solo quería vivir junto a Colin sin problemas. Sin contratos o acciones que se debían ceder por divorcios de por medio, pero ellas nunca iban a querer verla feliz porque para Heather y Summer no era una más en el apellido Allister.

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A las siete y media llegó su marido, y luego de saludarse, pero sin un beso de por medio, él fue directo al baño para lavarse las manos y ponerse ropa cómoda.

Bajó la vista y miró el aparato de la prueba de embarazo, lo tomó y fue hacia donde estaba, pero Autumn entró antes de que saliera para buscar lo que había hecho antes.

—¿Y ahora? ¿Qué me dices de esto? —cuestionó levantando una ceja y mirándola con atención a los ojos.

—No puede ser —su voz sonó sin emoción—, es el segundo que me hago, el primero no marcaba positivo —frunció el entrecejo.

—Pero parece que este sí dio positivo, esas dos rayas lo indican, ¿o no?

—S-sí —se encogió de hombros y agachó la cabeza.

—¿Por qué te pones así, Autumn? No es malo un embarazo, menos si hace rato no me cuido, los dos decidimos no usarlo, sin contar con que nos amamos. ¿Cuál sería tu preocupación?

—Sabes bien cuál sería mi problema, esas dos mujeres que lo único que hacen es jodernos, joderme a mí porque están tan ciegas por el dinero y el poder que son capaces de todo, Colin, por eso estoy como me ves. Es un mal momento para un bebé y la cagamos los dos —habló con seriedad y algo molesta.

Ambos se quedaron frente a frente, mirándose y sin pronunciar palabra, la situación había llevado a una discusión por un embarazo no planeado en un momento tan complicado que tenían alrededor de ellos.

Estaba en juego el poder, el dinero, el prestigio, las ambiciones, los contratos y las acciones, pero principalmente el amor que Autumn y Colin se tenían y solo esperaban que aquel sentimiento les diera la fortaleza suficiente para afrontar lo que se podría venir por culpa de terceras personas.

Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora