Autumn Allister y Colin Evanson deben casarse para fusionar las empresas de sus familias a pesar de que ambos apellidos son rivales.
Colin cree que Autumn es una niña mimada, pero lo que comenzará a ver dista de ser lo que siempre creyó.
Autumn quie...
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Una semana y media después de haberse ido el fin de semana anterior a Los Hamptons, la pareja regresó a la ciudad para organizarle el cumpleaños a Colin, quien cumplía treinta y un años en el mes de noviembre.
Autumn preparó la reunión en el departamento con ayuda de la familia de su marido y mientras los dejaba que terminaran de acomodar lo que se necesitaba, ella aprovechó en darse una ducha y vestirse. Él por su parte, se estaba poniendo otra ropa más casual ya que estaba con ropa deportiva por ser sábado, y como su fecha de cumpleaños había caído de día de semana, se lo festejaban aquel día.
Colin no salió del dormitorio porque quiso quedarse a mirar a su esposa cómo se vestía. Estaba en el umbral del vestidor observando cada movimiento.
—¿Algo que quieras decirme?
—Nada, me hubiera gustado más cancelar el festejo y tenerte en la cama —admitió con una sonrisa de lado mientras que veía cómo se ponía un vestido de invierno con cuello alto y un par de botas altas.
—El fin de semana que estuvimos en la casa de tu familia en Los Hamptons prácticamente me tuviste en la cama, pocas veces salí por necesidades.
—¿Y no te gusta cuando estamos juntos? —le preguntó abrazándola por la cintura.
—Sí, pero hay un momento para todo, Colin. Por ejemplo, ahora, estamos de cumpleaños y vamos a tener que disfrutar de la noche —le dio un beso en los labios cuando lo sostuvo de las mejillas y se puso en puntas de pie.
Los dos salieron tomados de la mano hacia la sala y prepararon las vajillas para servir la comida para hacer tiempo hasta que llegaran los pocos invitados.
Durante el transcurso de la reunión, tocaron el timbre y Colin fue a abrir. Autumn estaba cerca de la puerta porque había pasado de la sala a la cocina para llevar platos vacíos para ponerles más comida.
—¿Quién eres? —cuestionó el hombre frunciendo el ceño.
—Soy Molly, tu exnovia, ¿acaso no te acuerdas de mí? El año pasado tuvimos una relación amorosa.
La chica paró la oreja cuando escuchó quién era.
—¿Debería acordarme de ti? No conozco a ninguna Molly —le admitió estando más confundido que antes.
Su esposa se hizo presente y quedó a su lado.
—Veo que me cambiaste por la que dicen que es adoptada —le clavó la mirada en ella.
—Mira, no te conozco, nunca tuve una relación con una mujer llamada Molly y mucho menos estuve de novio contigo el año pasado. Es más, estaba soltero —le contestó empezando a molestarse con la situación que se estaba formando—. No sé cómo carajos supiste que mi esposa es adoptada, pero tengo la leve impresión de que te mandó una mujer llamada Heather o su hija, Summer.
—Si te está diciendo que no se acuerda de ti, es porque tú estás mintiendo, ¿quién te mandó? —cuestionó tajante Autumn—, ¿y con qué fin? —inquirió de nuevo enojándose y enfrentándola.
La mujer que no sabía qué más decir o hacer, retrocedió.
—Con el fin de separarlos —tragó saliva con dificultad.
—¿Quién te contrató? —quiso saber Colin.
—Una mujer llamada Heather.
—¿Te dijo que te daría dinero a cambio de esto? —le formuló la joven mujer.
—Sí, luego de que viera que se armara un lío entre ustedes —dijo con nerviosismo—. Nos está viendo desde la acera de enfrente con binoculares.
—Comprendo, pues vamos a darle el gusto y después obtendrás doble dinero —anunció Autumn.
Heather estaba observando la escena que había montado la pareja, entre supuestos gritos, índices en alto y una puerta entreabierta por donde había salido la mujer que había causado la discusión entre la pareja, la mujer sonrió cuando pensó que había cometido su objetivo, que ambos rompieran el matrimonio para que ella y su hija obtuvieran con más rapidez esas acciones.
