Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}

• Parte 3

El treinta de diciembre Autumn se terminó de arreglar alrededor de las seis y media de la tarde para estar en la casa de Avalon por las siete. No estaba vestida para un cóctel, sino que se había puesto algo más cómodo para trabajar, había decidido asistir al evento, pero para eso regresaría al departamento, se cambiaría de ropa e iría a la empresa de cosméticos.

Colin la vio salir del estudio de maquillaje con el maletín y le habló.

—No tengo nada que hacer, ¿puedo llevarte?

—¿No vendrá tu hermano?

—Sí, pero más a la noche, le he dicho a él y a los demás.

—¿A quiénes? —Unió las cejas con intriga.

—Mi padre, tu padre y Oliver.

—Me parece muy bien que les hayas dicho a ellos también, por lo menos la van a pasar bien.

—Sí, cenaremos y veremos soccer.

—Típico de hombres —rio con burla.

—Es lo que hay, belleza.

—Podrían ver películas.

—Nos gusta más el soccer. —Rio él también.

—Ya lo sé, bueno, ¿me llevarás? No quiero llegar después de las siete de la tarde, prefiero estar minutos antes.

—Vamos —comentó tomando su abrigo, las llaves y la billetera mientras ella hacía lo mismo.

🍂

Antes del horario acordado, Colin la dejó en la entrada de la casa y este le dijo que la buscaría ya que la reunión estaba organizada para las nueve de la noche, pero ella le avisó que no se preocupara porque volvería con un taxi.

El mayordomo le abrió la puerta y la recibió al tiempo que le pedía el abrigo y la cartera para ponerlos en el guardarropa.

—No hace falta, Liam.

—Insisto, señora.

El título que le dedicó la hizo sentirse orgullosa de estar casada con el hombre que amaba.

—De acuerdo, gracias.

Una vez que tomó el maletín de nuevo, el hombre le dijo que podía ir hacia el despacho que estaba en el corredor de la planta baja, la puerta que estaba frente a ella era donde se encontraba Avalon.

Dio unos golpecitos y la mujer le pidió que pasara, la joven mujer se sorprendió de ver un enorme cuadro con una hoja de arce detrás del escritorio, la misma comenzaba en color verde y terminaba en naranja haciendo que la gama de colores fuese preciosa para los ojos de quiénes lo miraban.

—Me alegro de verte —le dijo con una sonrisa y saludándola.

—Lo mismo digo —respondió Autumn—. Me gusta el cuadro.

—Gracias, es uno de mis favoritos, tengo mi otro favorito en la oficina de la empresa, cuando vengas te lo mostraré si te gustan este tipo de hojas.

—Está bien —contestó con una sonrisa.

—¿No vendrás al evento? —le preguntó porque estaba vestida de manera casual.

—Sí, pero primero regresaré a mi hogar apenas termine de maquillarte. Seguramente asistiré pasadas las nueve de la noche.

—Me parece bien, gracias —le sujetó una mano entre las suyas—, pasemos al pequeño estudio de maquillaje contiguo.

Ambas entraron y la mujer se sentó frente al tocador mientras la maquilladora sacaba los productos sin perder más tiempo.